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/Ellitoral.com.ar/ Ciencia & Tecnología

Presentarán propuestas para mejorar el estado de dos barrios de Corrientes

Realizarán un encuentro de transferencia este martes 12 de diciembre a las 17:30, en la sede de Cruz Roja del barrio Quinta Ferré (calles Esteban Bajac y Zacarías Sanchez). 

Un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) presentará este martes un informe diagnóstico de intervención en los barrios Quinta Ferré y Sol de Mayo de la ciudad de Corrientes. Junto a los resultados del relevamiento, mostrarán diversas propuestas para mejorar las condiciones habitaciones y ambientales del lugar. 

El proyecto, denominado “Diagnóstico participativo e integral del entorno del Arroyo Santo Domingo (Barrios Quinta Ferré y Sol de Mayo), en la zona Norte de la ciudad de Corrientes”, fue desarrollado entre agosto de 2020 y abril de 2022 por un equipo interdisciplinario e intersectorial conformado por la Red Vecinal Zona Norte e integrantes de la UNNE. 

Una de las grandes cuestiones de esta intervención académica es el ordenamiento urbanístico de los barrios y el arroyo Santo Domingo. 

De acuerdo con el documento al que accedió El Litoral, las soluciones o políticas urbanas que fueron mencionadas en los últimos años por las diversas gestiones son aquellas que sostienen la necesidad de una costanera (lo cual implica un sistema de terraplenes que impacten de manera irreversible en el área del bañado), e incluso se ha hablado de un terraplén que avance sobre el valle de inundación del río.

A su vez, el arroyo ha sido referido de formas muy diversas: como un tramo de agua que escurre, o “canal pluvial” (según agentes estatales), zanjón contaminado (según algunos vecinos), un curso de agua de gran belleza (otros vecinos).

Las soluciones expresadas se orientaron a continuar entubando hasta su desembocadura en el río. En relación a estos supuestos, plantearon desde el equipo que el momento actual de crisis socioambiental impone discutir las soluciones que se han anunciado como necesarias (entubamiento y defensa costera) y que se asocian a paradigmas hoy puestos en duda (como el higienista).

Para desandar esto, plantearon que el arroyo, el bañado y el río son más que agua limpia/sucia o formas de escurrir el agua de lluvia. Forma parte de corredores de biodiversidad que funcionan de manera ecosistémica como humedal y, por tanto, son fuente de vida de muchos otros seres vivos y, a su vez, cumplen servicios ecosistémicos esenciales para los humanos.

El arroyo Santo Domingo se encuentra muy contaminado, pero aclararon que estas condiciones no son causa únicamente de quienes habitan en sus orillas, ya que este recibe los aportes de agua y desagües pluviocloacales de una cuenca muy importante de la zona norte de la ciudad. Señalaron que quienes sufren múltiples y preocupantes afectaciones a la salud de esta contaminación (que es de tipo bacteriológica, pero a la vez hay indicios de que puede ser química relacionada a recintos comerciales o industriales de la zona) y de las crecidas por lluvias, son, sin embargo, quienes habitan en las áreas bajas y en sus bordes.

Frente a este panorama,no existen soluciones simples y únicas. Desde la agenda pública se ha mencionado en algunas ocasiones como solución desde una perspectiva hidráulica, el entubamiento, que piensa el desplazamiento más veloz de las aguas hacia cursos receptores. Sin embargo, esta solución impide ver que los entubamientos funcionan como anuladores de los cursos y por lo tanto no posibilitan el control de las aguas que son desechadas al río, menos aún cuando las cuencas de aporte se encuentran impermeabilizadas (lo que además dificulta saber exactamente cuál es el caudal que realmente recaerá sobre el arroyo).

Asimismo, explicaron que el caso estudiado, es un arroyo de forma sinuosa (en algunos casos se bifurca en el territorio) y en un área de barranca con una topografía muy irregular, lo que implicaría para su entubamiento formas de rectificación del curso, obras multimillonarias de relleno (sólo realizables por grandes empresas constructoras) y procesos de relocalización masivas que traería numerosas dificultades posteriores.

A su vez, agentes estatales entrevistados han expuesto las dificultades de estos procesos que, frente a la demanda de suelo para habitar y los tiempos de las grandes obras de infraestructura, llevan a que los hogares vuelvan a asentarse al poco tiempo.

Para el área ribereña se han movilizado propuestas de construcción de terraplenes de defensa o endicamientos y costaneras. El equipo indicó que estos terraplenes constituyen obras costosas que sólo son contempladas desde el valor inmobiliario (aumento del precio del suelo frente a la costa); pero desestiman otros valores e implicarían la profundización de problemáticas ambientales de riesgo hídrico, ya que irrumpen en el escurrimiento natural del territorio y de cursos como el arroyo Santo Domingo; modifican el funcionamiento hidrológico requiriendo sistemas de bombeo de mantenimiento constante y al ocupar parte del valle de inundación tienden a inundar nuevas áreas urbanas.

Estos provocan efectos irreversibles en la diversidad biológica y contribuyen a nuevas formas de contaminación. El paradigma ambiental que se fortalece, ante fenómenos cada vez más inciertos en el marco de las profundas transformaciones humanas del mundo y la crisis climática actual asociada a estas, llama a mantener los cursos de agua y promover la restauración de sus funciones ecológicas, buscando estrategias para evitar la intensificación de la

ocupación de sus valles de inundación, según el informe de la UNNE.

En muchas ciudades, incluso, se llevan adelante proyectos de desentubamiento de arroyos o cursos localizados bajo las calzadas. Desde este lugar, en muchos otros países se está promoviendo los principios de Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) o las denominadas Infraestructuras verdes y azules, que buscan concebir las infraestructuras emulando los procesos de la naturaleza. Rotger (2022) expone que estas infraestructuras están asociadas a beneficios para la salud, reducción de CO2, confort térmico y ahorro energético, mitigación del impacto de las inundaciones, mejora de la calidad del agua, y beneficios sociales y psicológicos.

En este sentido, sobre el tratamiento del arroyo señalaron dos escenarios futuros, uno de los cuales consideraron más beneficioso a nivel socio ambiental y que guiará lineamientos propositivos a presentar, aunque no por esto menos complejo en su abordaje. Estas son esquematizaciones de las soluciones posibles, que deberán ser reevaluadas con apoyo de técnicos expertos en la materia.

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