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/Ellitoral.com.ar/ Cultura

Quién es Homero Chiavarino, el correntino que levanta la bandera del chamamé en Rosario

Su historia de migración, el papel de la gran ciudad santafesina en la música litoraleña, y la importancia de la figura de Tarragó Ros, otro exponente del género. 

Rosario, ciudad del sur de la provincia de Santa Fe, forma parte del mapa chamamecero desde mediados del siglo XX. Esta ciudad situada sobre las márgenes del río Parana, fue albergue de la cultura litoraleña, provinciana y mesopotámica y funcionó como punto estratégico en los inicios de la expansión chamamecera.

Esa es la forma en que el músico de Paso de los Libres, Homero Chiavarino, elige para presentar a la ciudad en la que eligió vivir.

"Para pensar hoy la música del litoral con raíz chamamecera, tenemos que abrir el mapa y explorar qué es lo que sucede en toda una gran región. Rosario es la punta sur desde donde se proyecta esta cultura. Debemos destacar la importancia que tuvo esta ciudad en el desarrollo y el crecimiento de las expresiones litoraleñas", dijo a El Litoral.

Recordó a un grupo de músicos que desde Rosario han expandido hacia todo el país y países limítrofes su expresión artística chamamecera, como Ramon Merlo, Tarragó Ros, Damasio Esquivel, Edgar Estigarribia, Nélida Argentina Zenón, Carlos Pino, Monchito Merlo, por nombrar algunos.

Chamamé Club 

Desde hace casi 2 años Chiavarino es parte del Chamame Club, un ciclo de recitales que se llevan a cabo en Distrito Siete, espacio cultural de la ciudad de Rosario, dedicados especialmente a la música y las expresiones litoraleñas.

Es un espacio para el encuentro con la tradición y con la gente, con la raíz y lo actual de la cultura chamamecera. Desde sus inicios este ciclo tuvo en su escenario artistas de la talla de Antonio Tarragó Ros, Los Núñez, Carlos Pino, Nélida Argentina Zenón, La Embajada Cultural Playadito, entre otros.

"Escarbar el pasado y volver a reconocernos hoy, fortalecen las bases para seguir descubriendo y construyendo nuestra Identidad litoraleña. Poner en escena a artistas folclóricos de nuestra región es mucho más que el resultado de una fecha o un espectáculo, es revolver la historia y reivindicar a una figura pública, popular, que despierta sentimientos de fe y de esperanza.  Reconocer a nuestros artistas populares es necesario para visibilizar la construcción de nuestra cultura y abrir el juego, volver a reconocernos y continuar haciendo juntos nuestra historia", señaló Chiavarino. 

Migración

En el año 2003 Chiavarino se radicó en Rosario, con 17 años de edad. Llevó consigo un bagaje chamamecero que se inició allá por el año 1998 en Paso de los Libres, ciudad en la que se crió y en la que aprendió el chamamé y su cultura.Juventud Chamamecera fue el primer grupo del que participó como guitarrista y co-fundador. 

"Por el año 2003 en Rosario todavía existía el mítico recinto chamamecero "El Rancho de Ramón Merlo", donde tuve la suerte de poder actuar con mi conjunto y empezar a desandar el camino del chamamé en Rosario", recordó el músico libreño.

El Rancho estaba situado en Rodríguez y Arijón, zona sur de la ciudad y, no casualmente, el barrio chamamecero por excelencia. La zona sur de la ciudad albergó a cientos de provincianos en la márgenes del arroyo Saladillo, zona de frigoríficos. Grandes comunidades de correntinos, entrerrianos, chaqueños, formoseños, se han radicado hace casi 100 años y han traído consigo su cultura, el chamamé, que más que una música o danza, era una manera de vivir, una forma de ser.

En el transcurso de sus días en Rosario, Chiavarino fue conectándose con diferentes artistas, difusores y familias chamameceras que residían en la ciudad y así fui empapándose de la historia del chamamé. Apareció muy fuerte la figura del maestro Tarragó Ros, hombre que vivió en Rosario casi 30 años hasta el día de su muerte.

"Con Tarragó como punta de lanza, el tarragosero es el estilo que más pregnó en el publico rosarino y que aún hoy sigue siendo el más elegido", dijo Chiavarino.

Otra de las figuras indispensables para él fueron Ramón Merlo, entrerriano radicado en Pueblo Nuevo, una localidad vecina a Rosario que está al otro lado del arroyo Saladillo. También Emilio Chamorro, uno de los pioneros indiscutidos en la difusión del chamamé, le cede a Merlo un terreno donde se realizaban bailes llamado "La Ranchada", lugar que se convertiría en "El Rancho de Ramón Merlo". "Así, y no entrando en tantos detalles que fueron significativos, comienza la gran historia del chamamé por estos pagos", resumió Chiavarino. 

Fiesta

Desde hace unos 15, Chiavarino participa de la Fiesta Nacional del Chamamé de Corrientes. "Eso me abrió nuevos caminos. Conocí mucha gente relacionada con el chamamé; tanto artistas, difusores, bailarines, poetas, productores. La experiencia correntina con el chamamé me dió herramientas que luego pude volcar en Rosario, un lugar que de movida no era muy similar a lo que yo conocía, donde el chamamé era una música casi foránea, que no pertenecía a esta tierras, a pesar de ser Rosario una ciudad que fue fundada en las orillas del río Paraná", reconoció.

"En el año 2015 realizábamos nuestro primer encuentro chamamecero celebrando el Día Nacional del Chamamé. Desde ese año hasta la actualidad, de una u otra manera los 19 de septiembre realizamos actividades relacionadas al chamamé como encuentros, festivales, charlas, conciertos, proyecciones audiovisuales, bailes, etc", detalló.

La actividad chamamecera "por estos pagos" no cesa, sino todo lo contrario. Hay una escena que viene creciendo a pasos agigantados y que pide pista para ser escuchada. La presencia de músicos jóvenes es muy notoria. Acordeonistas que no llegan a los 19 años y de larga data en le actividad sostienen una escena que esta más viva que nunca y que todavía no alcanzó su mejor versión. Acordeonistas, guitarristas, cantores, poetas, bailarines y difusores jóvenes que sostienen la cultura y que la reivindican en cada escenario en el que participan.

"Además este año tuve la posibilidad de participar de un proyecto audiovisual que por primera vez reúne a chamameceros santafesinos y que quedaron registrados en seis capítulos bajo el nombre 'Chamame en Santa Fe', donde fui el productor musical de la serie junto a Chango Spasiuk, que ofició de curador del proyecto, y que fue llevado a cabo por el Ministerio de Cultura de Santa Fé", mencionó Chiavarino.

También desde el año pasado forma parte del proyecto "Garupá", trío con el que reversionan el repertorio del gran artista misionero Ramón Ayala y con el cual en el mes de octubre realizarán su primera gira europea, para llevar la música del litoral a tierras portuguesas, españolas y francesas.

"En fin, el chamamé nos espera en ésta y en todas las ciudades y pueblos donde la conexión con la naturaleza, con el paisaje y con los demás siga siendo una necesidad para vivir, con la tradición que mira hacia el futuro y con la raíz de la cuestión, que es ni más ni menos que nuestra propia identidad", concluyó Chiavarino.

 

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