Especial Carlos Lezcano y Belén Da Costa
Paidós presentó un libro de actividades específico para 5˚ año | grado, y otro para 6˚, incorporando temáticas propias de la currícula escolar (Núcleos de Aprendizajes Prioritarios). Luego de años de observar la implementación del Programa en aulas, el equipo mantuvo el virtuoso esquema de los once componentes de la comprensión y sumó a ello el trabajo en torno a ejes temáticos, provenientes de los contenidos disciplinares correspondientes a cada grado (Ciencias Sociales, Educación Artística, Matemática, etc.). Los libros incorporan consideraciones y definiciones que serán de suma utilidad para el/la niño/a pues refuerza el componente metacognitivo, siempre en el lenguaje apropiado y coloquial que constituye la “marca de fábrica” de Abusamra. La incorporación de contenidos de Educación Sexual Integral (ESI), actualmente obligatorios, añade interés a esta edición, que ha sido cuidadosamente ponderada.
Conversamos con la coordinadora del equipo Valeria Abusamra: es licenciada y doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Adjunta de la cátedra de Psicolingüística II y del Seminario “Una perspectiva cognitiva en el estudio de la lectura y la comprensión de textos” en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Docente de Posgrado en la Facultad de Psicología (UBA), en el Hospital Italiano y en FLACSO. Autora del Test Leer para Comprender. Evaluación de la comprensión de textos (para niños de 9 a 12 años) (Paidós, 2010) y Programa Leer para Comprender. Desarrollo de la comprensión de textos (Paidós, 2011).
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- ¿Qué es el programa Leer para comprender?
El Programa Leer para comprender es el resultado de casi 20 años de trabajo de nuestro grupo de investigación que se ha abocado al estudio de temas ligados a la lectura y la escritura, al estudio de las denominadas habilidades lingüístico-culturales. Y estas habilidades no son innatas sino que hay que aprenderlas y ejercitarlas.
Nuestro trabajo comienza en el hospital “Eva Perón”, donde un grupo interdisciplinario de profesionales nos dedicábamos a la investigación, evaluación y rehabilitación de pacientes con lesiones cerebrales. Y esta etapa fue esencial para entender mejor que pasaba con algunos procesos necesarios para comprender o producir lenguaje. Cuando uno estudia procesos mentales, no es sencillo visualizar de modo directo cómo se llevan a cabo estos procesos. Por eso, los pacientes con lesiones cerebrales representan una ventana para entender cómo funciona la mente y el cerebro. Poco a poco, y con el conocimiento más profundo de algunos aspectos fuimos orientando nuestra atención a cuestiones de índole educativa. Sabíamos que había preocupación por los estándares alcanzados y teníamos cosas para decir y para hacer. En ese momento nos unimos al trabajo que venía haciendo un grupo de psicólogos educacionales de la Universidad de Padova y empezamos a desarrollar una fuerte línea de investigación que posteriormente se plasmó en distintos libros pensados para evaluar y desarrollar la comprensión lectora. Nos parecía muy importante diseñar materiales pero, además, transmitir los fundamentos que sostienen a la comprensión o la producción de un texto.
- ¿Son libros para docentes o para los chicos?
Para ambos. Los libros teóricos están pensados para los docentes y para los profesionales que quieran aplicar el material. Pero, además, hay libros de actividades para los y las estudiantes. Los materiales que hemos desarrollado fueron pensados para el segundo ciclo de escuela primaria (desde 4º grado) y para la escuela secundaria.
- ¿Qué pasa con esta cuestión de lo sistemático? Porque uno de los temas que más se escucha hablar en el último tiempo es hay que volver a la educación de antes y que antes aprendíamos mejor y sin embargo, la educación ha mutado muchísimo y hay pruebas claras de que en el aula se aprende jugando. ¿Qué pasa con eso?
En primer lugar, sin dudas considero que adaptarnos a la coyuntura actual. “Volver a la educación de antes” sería imposible. Hoy en día somos testigos de un cambio en los paradigmas de procesamiento de la información. Hoy la tecnología cambió la forma en que nos acercamos y procesamos lo que leemos. Y esto impacta en otros aspectos: la motivación es otra, lo atencional es diferente, la memoria, etc. Sin embargo, con estas nuevas condiciones sí me parece muy importante rescatar la idea de sistematicidad y agrego algo más: la idea de sostenimiento en el tiempo. La comprensión de textos necesita tiempo para desarrollarse; no hay magia. Por eso tenemos que abandonar ese sistema de culpas por el cual creemos en la universidad que el problema viene de la secundaria y en la secundaria que los estudiantes llegan mal formados de la escuela primaria. Es importante entender la idea de que la única forma de desarrollar cada una de estas habilidades es con trabajo sistemático, sostenido y con acompañamiento.
No perdamos de vista que nadie nace sabiendo comprender o producir un texto. Debe enseñarse y el proceso lleva mucho más de uno o dos meses. Es un proceso paulatino que empieza desde la oralidad misma, más allá de que hablemos de habilidades ligadas a la escritura La oralidad es fundamental para el posterior desarrollo de la lectura y escritura. Por eso, nos parece importante transmitir que hay que empezar a trabajar en estos aspectos lo más temprano posible.
- ¿Y cuál es la función de ese objeto en el aula, que es el libro, en medio de un universo a veces complejo porque existen otras cosas? ¿Qué tiene de valioso?
La escritura, y con esto el libro, ha permitido expandir las posibilidades de comunicación y logró poner a disposición un instrumento que habilita un tiempo de reflexión que la oralidad no permite. Esto resultó imprescindible para el desarrollo de la ciencia, la literatura y de la historia, y, además, supuso una transformación de las formas educativas.
La escritura cambió el rumbo de la historia de la humanidad y es esencial aprovechar esta tecnología, enseñarla y tener buenos lectores y buenos escritores, no en términos de escritores profesionales, sino personas que sepan construir significado y estructurar mensajes para transmitirlos.
- Poder contar algo leído es una competencia. Es bastante difícil.
Completamente, nosotros siempre distinguimos entre comprender (los llamados procesos de entrada) producir espontáneamente (por ejemplo, si te pregunto qué hiciste el domingo, vas a estructurar el relato a partir de ciertos hechos que ocurrieron) y reproducir. Cuando te digo “contame lo que leíste” el tema se complejiza porque tenés que leer, tenés que organizar la forma en que querés transmitir lo que comprendiste y plasmar esas ideas en un mensaje concreto. Ahí es donde se generan confusiones y no se sabe muy bien dónde está el problema, porque muchas veces uno escucha de manera generalizada decir, no se comprende lo que se lee, pero en realidad esas dificultades afectan más la producción que la comprensión.
- Y en esta producción de libros del programa, ¿cómo los arman? Porque los chicos hoy cada vez ven más imágenes en las pantallas y los textos son cada vez más cortos. Hablamos de que en las redes sociales un copy no puede pasarse de los dos o tres párrafos. Entonces, me imagino que eso se refleja de alguna manera en los libros. ¿Cómo es ese proceso para armar un libro en este escenario?
Qué desafío ese! Porque es real esto que están diciendo, pero por otro lado no podemos resignarnos a que la comprensión se limite a textos cortos y tal como aparecen en las redes sociales. ¿Por qué se produce un fracaso tan evidente cuando se pasa de la escuela secundaria a la universidad? Entre otras cosas porque los alumnos y las alumnas pasan de leer textos más cortos y estructurados (como los de un manual) y se les pide que lean un texto de 200 páginas. Pero no están acostumbrados a esto y entonces se produce un fracaso bastante notable, por lo menos en los primeros años.
- Es otro idioma, diría.
Exactamente, una modalidad muy diferente. Cuando el texto ya viene procesado, resumido, se destacan las partes importantes, está haciendo por el lector el trabajo que él o ella deberían hacer. Pero al comienzo dijimos que comprender un texto es una habilidad cultural. Entonces, si no lo practicamos, si no lo ejercitamos, no podemos pretender que de pronto la gente diga, bueno, voy a leer un libro de 180 páginas y que pueda hacerlo sin un esfuerzo enorme y sin ciertas frustraciones. Nosotros tratamos de no entrar en los programas en ese juego de.” uy, qué largo es el texto”. Lo que hacemos es incluir muchos y variados recursos. En los libros nuevos hay textos pero también hay imágenes, hay códigos QR que te remiten al material completo de algún fragmento que se presenta. Tomamos la posibilidad que nos ofrecen las tecnologías porque nos parece muy interesante y además inevitable.
- Claro, una cosa es la tecnología; otra cosa son las habilidades.
Las dos cosas son importantes. Usamos la tecnología para trabajar los procesos que subyacen a cada una de estas habilidades. Por eso siempre planteamos ejercicios desde un modelo teórico que los sustenta. Desde la investigación, trabajamos para establecer qué procesos son fundamentales para comprender un texto. Vamos determinando cuáles son los predictores en cada instancia de escolaridad y en cada contexto. Por ejemplo, encontramos que incluso en la escuela secundaria son muy importantes las habilidades de vocabulario, el conocimiento general del mundo que tienen los estudiantes, la capacidad de jerarquizar la información, de saber qué es importante y de suprimir lo que no es importante, la posibilidad de establecer lazos cohesivos entre dos elementos explícitos en el texto, la posibilidad de aplicar habilidades metacognitivas. Entonces, sabiendo de base que todo eso se necesita para comprender un texto, lo que hacemos es armar un programa progresivo que va trabajando cada una de estas habilidades tomando en cuento los aportes de la tecnología. Y pensando que no solo será un programa para el área de prácticas del lenguaje.
- ¿Creés que es un poco más transversal también? ¿Qué es importante que en otras áreas también se trabaje con la comprensión lectora?
Completamente. Eso falsa creencia hay que desterrarla: la comprensión lectora no es competencia exclusiva del área de prácticas del lenguaje. Para resolver un problema matemático hay que comprender la formulación; para responder una pregunta de historia, de economía, de geografía, de biología, hay que comprender texto, discurso conectado. De hecho, la comprensión de textos va mucho más allá de la escuela. Por supuesto que una buena comprensión asegura un pasaje exitoso por la escuela, pero además es necesaria para la vida, para una sociedad crítica, para una sociedad libre, para tener ciudadanos que puedan construir activamente significado.
- ¿Cuál es el rol del docente en este proceso?
Es fundamental. El lugar del docente es sumamente difícil y deberíamos valorarlo mucho más. Hoy en día se las tiene que ingeniar para acompañar a sus estudiantes con un contexto de fondo sumamente difícil y hostil, en el que no solamente tiene que ocuparse de la enseñanza de contenidos, sino con todo lo que afecta a nivel social, emocional, etc.
El papel del docente en el desarrollo de la comprensión de textos es fundamental. Acompaña, habilita la discusión, el intercambio. Hay distintas investigaciones en el mundo que mostraron que los mejores programas de mejoramiento de la comprensión de textos son aquellos que se basan en el trabajo con los textos, pero también en el trabajo metacognitivo, de reflexión sobre lo que se está trabajando. El docente, en este sentido, tiene un lugar de privilegio.
- ¿Y cuál es el rol de los padres? Porque en este escenario de crisis, comprar un libro es casi una odisea. En Corrientes, tenemos varias complicaciones porque los chicos iniciaron clases en medio de inundaciones y no tienen para comprar un cuaderno, menos un libro. ¿La tecnología es una aliada en ese sentido? ¿Cómo lo ves vos?
En relación con lo que preguntás de la tecnología, creo que debería ser una aliada. Es verdad que en las distintas circunstancias que afectan a nuestro país no siempre es sencillo comprar un libro. Hay una anécdota que nunca olvido. Unos 15 años atrás, en una escuela de Luis Guillón un nene de 9 años había leído un fragmento del libro “El insoportable”, de Ricardo Mariño. En un momento en que yo estaba compartiendo una de las clases, este nene me dice, “Qué bueno que ahora venga Papá Noel, le voy a pedir que me traiga “El Insoportable” porque mi mamá y papá no tienen plata para comprarlo. Esas cosas quedan grabadas para siempre.
A veces no se trata solo de comprar libros. Un punto que es muy importante en el entorno hogareño es todo el desarrollo lingüístico que se produce durante los primeros años de un niño o una niña. Y para este desarrollo no es lo mismo que el niño tenga padres que le lean, que le narren, a quienes el chico pueda ver leer que no tenga este contexto. Por ejemplo, la investigación ha demostrado que los niños que llegan a la educación formal con más interacciones lingüísticas con los adultos, muestran más facilidad en el desarrollo de la lectoescritura (si no hay problemas de base). Entonces, a veces la clave no está solamente en comprar un libro, sino también en hablarles a los niños, en permitir el intercambio oral, en leerles, en narrarles, en ver y mostrarles que en la casa se lee.
- ¿Cómo se consiguen esos libros? ¿Son recomendados por el Ministerio de Educación?
La serie de libros Leer para comprender no es una serie de libros recomendados por el Ministerio pero sí puedo decirte que son libros muy difundidos y usados en diferentes ámbitos y en escuelas de distintas gestión y oportunidades educativas. El hecho de que te permitan trabajar de modo exhaustivo en el desarrollo de las distintas subhabilidades implicadas facilita el trabajo y te indica un poco por dónde entrar a una habilidad tan compleja y heterogénea que parece imposible de lograr. Pero solo parece, porque sin dudas es posible lograr buenas habilidades de comprensión. Ayer, hoy y siempre.