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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Pininfarina: el diseño italiano en la vanguardia industrial

Víctima del cáncer falleció hace pocos días Paolo Pininfarina, director ejecutivo de la compañía que lleva su apellido. Repasamos la historia del estudio de diseño creado por su abuelo, que se mantiene en la cima de los más prestigiosos centros creativos del mundo motor y continúa marcando tendencias en la industria no solamente de la automoción, sino de distintos productos indispensables para la vida cotidiana. 

n La reciente muerte de Paolo Pininfarina, cabeza del estudio de diseño más importante de Italia y uno de los más prestigiosos del mundo, motivó una nueva mirada sobre la fructífera la compañía que es símbolo de las formas como elemento estratégico para alcanzar el éxito en la construcción no solo de automóviles, sino de edificios, muebles y objetos de la vida cotidiana.

Paolo tenía 65 años y dejó de existir el 9 de abril, víctima de “una larga enfermedad”, según publicaron los medios italianos. El cáncer se lo llevó demasiado temprano, pero no tanto como el accidente mortal que implicó el deceso de su hermano mayor Andreas (un accidente en moto en 2008), a quien sucedió al frente de “Carrozzeria Pininfarina” para continuar con un legado familiar que lleva 94 años de

existencia.

La puesta en marcha del centro de diseño que Battista “Pinin” Farina creó en 1930 representó la consolidación de una sorprendente cualidad itálica para crear belleza en torno de objetos mundanos que, tras pasar por el tablero de los más prestigiosos creadores, se transformaron en obras de arte. Con esa filosofía desarrolló su vida empresaria la carrocera fundada por el hombre que se nombró a sí mismo.

Es que “Pinín” no era más que un apodo del dialecto piamontés que aludía a su condición de menor, ya que era el anteúltimo de 11 hermanos. Al cabo de unos años en el ejercicio de su profesión y de tanto que lo llamaban con el famoso apelativo, decidió cambiarse el apellido y adicionó “Pinín” a modo de prefijo. Nacía la mítica casa “Pininfarina”.

Fallecido en 1966 después de haber creado numerosos modelos de ensueño de las casas Ferrari, Lancia, Maserati y hasta de la compañía argentina IKA, para la cual dio vida al Torino que se fabricó en nuestro país hasta 1981, Pininfarina fue sucedido por su hijo Sergio, quien elevó las acciones de la empresa hasta globalizarla.

Si su padre había logrado el reconocimiento mundial, Sergio Pininfarina alcanzó el estatus de maestro de la nueva generación de diseñadores al expandir las artes constructivas del automóvil a las marcas generalistas. Varios modelos de Peugeot, otros de Ford, así como también Cadillac, Volvo y Jaguar pasaron a contar con productos nacidos de las manos de un verdadero artista.

Bajo su gestión se resignificó el histórico modelo “Testarossa”, creado por su padre en los años 50 y reinterpretado por Sergio en los años 80 como una berlinetta de altas prestaciones que se hizo muy popular por haber sido el vehículo utilizado en la serie “Miami Vice”, que se emitió por televisión en aquellos años.

Sergio Pininfarina se atrevió a dibujar y concebir algo para muchos impensable: una Ferrari sedan de cuatro puertas llamada “Pinin”, homenaje a su padre con el que buscó acercar el concepto de los automóviles de autor con la finalidad utilitaria del uso diario. El Ferrari “Pinin”, equipado con un portentoso motor V12, no salió de la etapa de concept, pero demostró el arrojo de la marca y de su diseñador favorito en 1980, cuando fue presentado para celebrar los 50 años de Pininfarina.

Fallecido en 2012, Sergio fue sucedido por Paolo Pininfarina, a quien le cupo la responsabilidad de conducir a la empresa hacia los horizontes de un futuro cada vez más cercano. Fue bajo su administración que el estudio turinés presentó un vehículo de propia factura que pasó a ser el hipercar italiano más potente de la historia: el Pininfarina Battista, 100 por ciento eléctrico (con cuatro motores, cada uno alojado en cada rueda) y capaz de erogar 1900 caballos y de alcanzar una velocidad límite de 350 kilómetros por hora.

Paolo supervisó la creación del Ferrari Sergio Pininfarina, presentado como prototipo en el año del fallecimiento de su padre y producido en una selecta serie de seis unidades en 2014. Se trata de un superdeportivo que mezcla la potencia de la casa del cavallino con la sensualidad de las líneas que solamente Pininfarina fue capaz de transferir del dibujo a la realidad corpórea.

El último de los Pininfarina dejó el mundo con una consigna a favor de contemplar el diseño como “un factor estratégico de la industria”, en la convicción de que el aspecto y la funcionalidad de un automóvil (y de otras cosas necesarias para la vida humana) hacen a la esencia de un proyecto desde su concepción hasta su concreción.

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