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Eduardo Rezzano o “el perro que ladraba en un prado sin ovejas”

Nació en 1968 en La Plata. Es escritor y músico. Publicó los libros de poesía Ningún lugar (1999), Gato barcino (2006), No fábulas (2010), Alcohol para después de quemar (2012), Caligrafía (2013), Nocturna (2016), Paraíso (2018), Las uvas y las subastas (2023), El ciempiés (2023), El peso de un árbol (2023) y Pianista acompañante (2024). Fue editado en Argentina, España, Chile e Italia.

Sabado, 24 de agosto de 2024 a las 19:48

Por Rodrigo Galarza


El asaltante nos trae voces vivas de la poesía argentina. Cada poeta nos acerca, además de poemas, su visión de la poesía.



Poética

Tengo poco que decir o quizás nada que sea demasiado interesante; prefiero que hable el poema, que la poesía tome el control y nos haga experimentar el sinsentido y la intemperie. Si el lenguaje nos hace humanos, la poesía nos ofrece el antídoto para devenir otra cosa.            

Eduardo Rezzano 

 

MUESTRARIO MÍNIMO

Dos o más piernas

Una mujer avanza por las vías abandonadas del ferrocarril provincial. En la mochila lleva su cabeza y una muda de ropa; la cabeza se descompone y la ropa se mancha. Se detiene frente a un enorme silo metálico y piensa: “¿Qué es lo que camina a cuatro patas por la mañana, a dos a mediodía y a tres por la noche? No puede ser el hombre; al hombre lo vi arrastrarse para comer de mi mano y le di muerte”.


Egresados

Tarde por la noche llegaron los egresados de la Media 7. Llegaban con queso, llegaban con pan, llegaban con vino; llevaban un oso amaestrado que amenazaba con desamaestrarse. Entre ellos había un acosador que los castigaba con preguntas incómodas, pero bien intencionadas.
Tarde por la noche lo crucificaron al entrerriano, un paisano de Basavilbaso conocido por sus amoríos con una cantante de provincias. Lo crucificaron frente a la catedral y a la vista de la gurisada, siempre ávida de sangre y espectáculo.

 

*

Pensábamos que el tiempo
nos iba a dar la razón
pero el tiempo estaba ocupado
en cosas más importantes

a saber

la construcción de la muralla china
la extracción de la piedra de la locura
la mecánica cuántica

 

*

Messi se despierta y se da cuenta de que todo fue un sueño y que en su sueño estábamos todos. Se viste y sale a la calle, todavía oscura. Prefiere caminar aunque llueva, aunque vaya a llegar tarde otra vez al trabajo. Hace tiempo que dejaron de importarle el mal humor de su jefe, sus amenazas o que lo echaran. Tan aburrido está, tan aburrido.

 

*

Reunidos en Avignon
fuimos a conocer el puente

hacía frío y nadie cantaba

Las lavanderas llevaban
a sus hijos en las cestas

los sumergían en las aguas heladas
y oraban en el nombre del padre
un padre ausente y desconocido

 

*

Mi madre me leía
siempre el mismo cuento
antes de dormirse

En él 
un perro ladraba
en un prado sin ovejas
hasta quedarse mudo

 

*

Hacemos un alto
para ir al baño
tardamos demasiado
y el micro se va sin nosotros

Como no es la primera
vez que nos pasa
nos encontramos con
nuestras versiones perdidas
de los viajes anteriores

Ellas nos cuentan
que el café no es malo
que la primera noche
es igual a las siguientes
que el tiempo deja de correr
pero todos se acostumbran


De cuando pasé mi última cuarentena rodeado de grillos

Y me preguntaban una y otra vez
si un tren viaja en dirección a Niza
a 120 km/h y cada pasajero tiene
permitido llevar hasta dos valijas
de hasta 32 kg cada una y cada vagón
tiene una capacidad máxima de 52
pasajeros y el vagón comedor se
encuentra en un punto equidistante
de la locomotora y del furgón de cola
pero ese punto se encuentra fuera
de la recta que une el punto de salida
con el de llegada siempre partiendo de
la hipótesis de que las dos estaciones
terminales se encuentran unidas
por una línea recta y que la única
manera de abordar el tren es a caballo
como lo hacían los bandidos en los wésterns


De cuando alejarme era imposible

Salí a caminar
una mañana
de invierno 

estaba nublado
pero no hacía frío
ni parecía
que pudiera llover

Caminé siete horas
sin encontrar los límites
del barrio

hasta caer exhausto
y quedar boca arriba
mirando los cables
de la luz

Volver a casa
no fue tarea difícil

no me había
alejado tanto
como creía

no se trataba de creer

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