En Loreto, la Cooperativa Agropecuaria Eirete Pora reúne hoy a 29 productores que trabajan en dos rubros bien distintos, pero igual de demandantes: apicultura y plantas ornamentales. En Hoja de Ruta, hablamos con Mariana Román, ingeniera agrónoma del Inta Ituzaingó y actualmente presidente de la cooperativa agropecuaria. “Es lindo ver cómo toda la familia trabaja. Los chicos de 8 o 9 años cargan macetas, los de 13 o 14 envasan, y los grandes embalan y venden”, dijo.
Román, presidenta de la cooperativa, cuenta que todo empezó con los productores apícolas: “Los productores se habían organizado para crecer juntos. Al principio era un grupo apícola informal que se capacitó y después se formalizó. En 2011, junto con otras cooperativas, llegamos a exportar miel desde Monte Caseros. Fue un hito: nos mostró que el trabajo unido nos podía llevar muy lejos”.
Pero no todo fue crecimiento: “En 2017 las inundaciones grandes afectaron la producción, y en 2022 la sequía y los incendios nos golpearon fuerte. Muchos se retiraron”. Ahí entraron en escena los productores de plantas ornamentales. “Eran un grupo informal que necesitaba personería jurídica para presentar un proyecto. Se sumaron a la cooperativa y empezamos a trabajar juntos”.
Hoy, Loreto produce a gran escala. “La planta estrella es el palo de agua, pero también tenemos fitonias, peperomias, calateas, potos, palmeras, helechos, monsteras. Van incorporando variedades según lo que pide el mercado”. La venta es principalmente mayorista: “Acopiamos en Loreto y llevamos a Buenos Aires, Tucumán, Mendoza, Salta… Son viveros grandes que demandan nuestra producción”.
El clima juega a favor. “En invierno no nos golpea tanto como en Buenos Aires, y en verano la producción explota. De septiembre a diciembre es cuando más se vende y más mueve la economía local”.
Son emprendimientos familiares: “Es lindo ver cómo toda la familia trabaja. Los chicos de 8 o 9 años cargan macetas, los de 13 o 14 envasan, y los grandes embalan y venden”.
Mientras la apicultura se recupera —“algunos valientes se quedaron, multiplicaron colmenas y ya cosecharon en otoño”— y las ornamentales crecen en el mercado, Loreto sostiene dos cadenas productivas que dependen del esfuerzo conjunto y del arraigo local.