Primer paso
Una vez elegida la bicicleta fija, es importante comenzar con un ejercicio moderado ya que si se comienza realizando varias horas de pedaleo al día siguiente seguramente no vas a querer volver a subirte. Por eso lo mejor, como con toda actividad aeróbica, es realizar una rutina gradual.
Los instructores recomiendan que en el caso de que querer bajar de peso, lo ideal es subir a la bicicleta 5 días a la semana, mientras que para mantener el estado físico solo se necesita pedalear 3 días.
Ejercicios
Con una bicicleta fija se ejercita la parte inferior de tu cuerpo, como los glúteos, isquiotibales y cuadriceps. Sin embargo si se desea aumentar la masa muscular de los glúteos y piernas, la bicicleta fija no ofrece muchos resultados.
Pero además de los resultados estéticos, este tipo de ejercicios reporta un entrenamiento cardiovascular que previene problemas en el corazón. Las bicicletas, al igual que cualquier otra actividad atlética cardiovascular como el trote, las caminatas, o incluso el subir las escaleras o bailar, son muy útiles para quemar calorías, aumentar la circulación sanguínea, mejorar el ritmo cardíaco, e incrementar la resistencia.
Tener una bicicleta ergo métrica en la casa no es sinónimo de que quien la use tendrá una figura espléndida, pero con constancia logra los siguientes beneficios: fortalece las piernas; otorga firmeza a los glúteos; tiene poco impacto en los huesos y articulaciones; oxigena el cuerpo; cada vez que incrementes la intensidad de tu bicicleta, quemarás más calorías; tu corazón se mantiene sano; practicar bicicleta, al igual que cualquier otro ejercicio te reduce el estrés; y es benéfica para reducir la cantidad de celulitis en piernas y cadera.
Con respecto a la tonicidad de la musculatura, las bicicletas mecánicas de ejercicio, pueden ayudar un poco, especialmente si se las usa en sus niveles de resistencia más alto. Sin embargo, no debería esperar demasiado de las mismas, particularmente en lo referente a las áreas abdominales.
De hecho, si quiere aumentar y formar realmente sus músculos, necesitará un entrenamiento de resistencia muscular, basado en el levantamiento de peso (recordemos, el ejercicio de bicicleta es principalmente atlético, no muscular).
Por todos estos aspectos, las populares bicicletas fijas son una buena herramienta para poder bajar de peso y mantener una figura armónica; sin embargo – como con toda actividad física – es conveniente consultar primero con un médico para reconocer nuestra condición física general y, por qué no, arrancar ejercitándote con un entrenador para que pueda ayudarte a regular adecuadamente esta actividad. La clave para el éxito de esto es la constancia.
Directo al corazón
1. Ritmo cardíaco. Los beneficios de andar en bicicleta de forma regular reducen el riesgo de infarto alrededor del 50%. Con el ejercicio del pedaleo el ritmo cardiaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye, estos son algunos beneficios: el corazón trabaja economizando.
2. Control del colesterol. Esta actividad permite reducir el colesterol LDL (el “malo”), con lo que los vasos tendrán muchas menos posibilidades de calcificarse, y a la vez aumentará el HDL o colesterol “bueno”. Los vasos sanguíneos se conservan flexibles y saludables cuando las piernas se mueven cada día.
3. Para la espalda. Cuando se adopta la postura óptima en el asiento de la bicicleta, con el torso ligeramente inclinado adelante, la musculatura de la espalda está bajo tensión y se ve obligada a estabilizar el tronco. Muchos dolores de espalda provienen de la inactividad, que hace que se reduzca la nutrición de los discos intervertebrales y de esta forma van perdiendo su capacidad de amortiguar los impactos. Los movimientos regulares de las piernas fortalecen la zona lumbar y previenen la aparición de hernias discales, al mantener la columna protegida de vibraciones y golpes.
4. Vertebras. Otros beneficios que al montar en bicicleta son el estímulo de los músculos de las vértebras dorsales, al hacer que constantemente se compriman y extiendan con el pedaleo.
5. Rodillas. A diferencia de las actividades en las que hay golpeo, como los saltos o trotar, con la bicicleta las rodillas funcionan protegidas, ya que del 70 al 80% del peso de tu cuerpo gravita sobre el asiento. Es la mejor alternativa a la caminata, con beneficios físicos muy similares, pues en la bicicleta ni las articulaciones ni los cartílagos soportan cargas elevadas.