Madre y Señora, Virgen de Itatí. Más que nadie conoces nuestras miserias y necesidades, sabemos que hay mucho que hacer, y cada uno tiene su propia tarea, en este tiempo, nuestro tiempo. Madre Santísima, intercede para que nosotros recibamos la fuerza necesaria para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro, poniendo todos un grano de arena. "¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!" Con estas palabras al encomendarte a Juan el Apóstol, y con él, a todos los hijos de la Iglesia, estamos aquí, reunidos en torno a ti, pues queremos contarte Señora, que aquí vibra el entusiasmo de los jóvenes, aquí se ha elevado la súplica de los enfermos, por aquí han pasado sacerdotes y religiosos, artistas y periodistas, hombres del trabajo y de la ciencia, niños y adultos, y nos permitimos en nombre de todos ellos, buscar amparo bajo tu materna protección e implorar confiados tu intercesión ante los desafíos ocultos del futuro.