Lionel Messi tenía 12 años y, lógicamente, todavía no era la mega estrella que es hoy en día. Igual, sus destellos de calidad consiguieron obnubilar a los entrenadores de inferiores de River, que tras la prueba intentaron ficharlo. Aunque toda su magia no alcanzó para que suceda lo mismo con los dirigentes, que no quisieron costear su oneroso tratamiento de crecimiento y le dejaron la puerta abierta para que inicie su conocido camino en Barcelona.
Lo cierto es que aquella imagen que no fue, la Pulga la transformó en realidad por unos segundos apenas finalizó su participación en el Mundial de Clubes: fue hasta el vestuario del equipo de Núñez y pidió cinco camisetas del Millonario, como la del ex Newell's Leonel Vangioni, entre otras. Cuando se estaba retirando, se fotografió con el famoso utilero del club Pichi Quiroga.
El argentino, que felicitó a Barovero por una atajada, cuando hizo el gol que terminó inclinando la balanza a favor del Barcelona pidió perdón a los fanáticos argentinos, pero eso no calmó las aguas: en el aeropuerto un inadaptado agredió a uno de los futbolistas más importantes de la historia.