Por la profesora Rosita Troia
Especial para El Litoral
El pasado 13 de abril se llevó a cabo en el Complejo Cultural Guido Miranda de la ciudad de Resistencia (Chaco) el segundo concierto de temporada que han dado en llamar “Imponente”. La agrupación instrumental bajo la batuta del maestro Jorge Doumont contó como invitado con la presencia del pianista argentino José Luis Juri.
El repertorio alternó con magistral equilibrio “obras rarezas” que sirvieron de exquisito manjar a las denominadas “obras maestras” y eso fue posible, primero, por contar con la excelencia del maestro Doumont y, segundo, porque en este concierto se redescubrieron, una vez más, composiciones sorprendentes integradas con una romántica sinfonía y una brillante obertura de ópera.
La programación abordada expandió obras de Jean Sibelius, Franz Listz, Robert Schumann y Gioacchino Rossini. Veamos:
Jean Sibelius: compositor finlandés de finales del romanticismo y comienzos del modernismo, reconocido como el mejor compositor de su país ayudando a través de su música a que Finlandia desarrolle su identidad nacional. Entre sus obras más importantes se encuentra la suite “Karelia” Ops. 1. La orquesta brindó tres movimientos: intermezzo, balada y alla marcia.
Franz Listz: “Totutanz” o “Danzas macabras” Ops. 126, actuando como solista invitado el pianista argentino José Luis Juri. Obra poco frecuente de interpretar, basada en el “Dies irae”, tradicional melodía gregoriana de la Edad Media que forma parte de la misa de difuntos de la Iglesia Católica. Composición llena de virtuosismo pianístico y de recursos técnicos que producen novedosos efectos tanto con el piano como con la orquesta. Estructuralmente conformada por cinco variaciones: allegro moderato, marcato caracterizado por los glissandos (efecto sonoro resbalando o deslizando sonidos de lo grave a agudo o viceversa), molto vivace, lento (de textura canónica) y un vivace fugato a cargo del piano solo. La obra concluye con estruendosos efectos sonoros de dobles glissandos del piano y golpes de los instrumentos de arco, producidos con la madera del arco sobre las cuerdas.
Robert Schumann: Sinfonía N° 1 Ops. 38 en si bemol mayor “Primavera” inspirada en un poema de Adolf Botger. “Arranque de la primavera” (allegro, molto vivace), “La tarde” (larghetto), “Felices compañeros de juego” (scherzo) y “Plena primavera” (allegro).
El sobrecogedor concierto, “Imponente”, concluyó con la deliciosa obertura de la ópera “El barbero de Sevilla” de Gioacchino Rossini, obra de carácter alegre, chispeante y humorística que cautivó por los matices de ejecución.
Un director de alto nivel académico, una orquesta en ascenso y un pianista poseedor de técnica propia muy trabajada y una mecánica que descubrió su personalidad fue el combo de una velada donde el maravilloso mundo de los sonidos envolvió el espíritu de los auditores produciendo placer emocional y enriquecimiento cognitivo. Una caricia de alto nivel músico-cultural.