Por Francisco Villagrán
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Especial para El Litoral
Desde su nacimiento, a fines del siglo XIX fue y es uno de los hitos fundamentales del desarrollo turístico del Valle de Punilla en Córdoba, y en todo el país. En ese edificio se sentaron las bases que dieron origen a un pueblo, hoy convertido en la ciudad de La Falda, En sus escaleras de mármol de Carrara se plasmaron las huellas de la aristocracia nacional: visitas de presidentes de la Nación, como así también personalidades de reconocida trascendencia mundial y nacional, como por ejemplo el poeta Rubén Darío, el Príncipe de Gales y el sabio Albert Einstein entre otros.
A raíz de estos extraños casos es que comenzaron a realizarse visitas nocturnas guiadas, basadas en los testimonios reales de quienes aseguran haber visto o percibido la presencia de espíritus y fantasmas en el famoso hotel Edén. Estas visitas dan comienzo con la proyección de un audiovisual que muestra una recopilación de relatos acerca de fenómenos paranormales y leyendas urbanas, relacionados todos con hechos y fenómenos paranormales comprobables.
También se aborda la mitología germana, que según fuentes especializadas en el tema, se encuentra plasmada en la arquitectura y diseño de este centenario y misterioso hotel. Luego se hace un recorrido totalmente a oscuras junto al guía, dentro de las instalaciones y en las inmediaciones del edificio, lo que genera a los visitantes distintas sensaciones de miedo e incertidumbre por lo que puede llegar a pasar paso a paso.
Uno de los emprendimientos más elaborados que produjo esta ola de interés en lo paranormal es el Ghost Tour que se efectúa todos los días en diversos horarios, en cómodos transportes y con guías bilingües, servicio de bar y bebidas. En esto del turismo los cordobeses son una luz, ya que los turistas pueden disfrutar a precios muy accesibles de varios recorridos por Córdoba, que unen los sitios encantados y los crímenes más destacados en la historia de la provincia. Durante el recorrido se relatan historias de crímenes y leyendas que ocurrieron en la ciudad y la provincia. De a poco el turismo del terror, como se lo llama, tiene un espacio importante en la provincia y en la Argentina, que atrae a un público de todas las edades, ávido de conocer estas historias. Además, este tipo de turismo genera en condiciones normales dejando de lado la pandemia, una
interesante y muy respetable fuente de ingresos.
Muchos han sido y son los relatos de visitantes al hotel que cuentas extrañas apariciones, que vieron sombras y figuras humanas desplazarse en el aire. Uno de los visitantes comentó, en un tour hace pocos años, que escuchó llorar a un niño claramente. Fue entonces cuando la guía les comentó que existía la leyenda de que el alma en pena de un niño, hijo de una empleada del hotel, murió en plena epidemia de fiebre amarilla y solía aparecer en los atardeceres, llorando por la muerte de su madre. Algunos escucharon, incrédulos lo relatado, pero la mayoría percibió claramente, en distintos puntos del recorrido, el llanto lastimero de un niño que parecía acompañarlos durante el recorrido. Otro de los fantasmas más conocidos del lugar, es el espectro de una mujer que se presenta de improviso. Comparada con fotos de la época, resulta notable el parecido con la primera dueña del lugar. La aparición es definida por quienes la vieron, como una presencia envuelta en blanco que suele irrumpir en el tramo superior de la espectacular escalera que vinculaba la recepción con la planta alta y es asociada con María Kraumer, quien vivió entre 1904 y 1912, año en que murió de cáncer.
Otros fenómenos paranormales se escuchan en el salón principal. Algunos testigos aseguran haber escuchado voces espectrales, valijas que ruedan, tacones de mujer y hasta el ruido de las bandejas de los antiguos mozo. El personal de mantenimiento cuenta que en algunas oportunidades esos murmullos se escuchan nítidamente y otras apenas audible, como un susurro. Dos son los fantasmas más famosos que han sorprendido a los visitantes del Edén, el de un niño y una mujer.
La curiosa historia de Ana
Son muchas las historias sorprendentes en torno al lugar, al respecto, el periodista Héctor Brondo, que realizó una excelente tarea investigativa in situ, relata la historia de un espectro que habita el lugar: “Ana tiene 8 años, pero desde hace más de un siglo deambula sola por el Edén. Los lugareños hablan de ella como quien lo hace de una amiga o conocida de la infancia. Un par de niños dan fe de la presencia de esta alma errante, encerrada en el emblemático hotel de La Falda.
Son los que alguna vez jugaron con ella, que la vieron bajar las escaleras corriendo, niños cercanos a su edad coinciden en señalar que la vieron sonreír con timidez, temerosa quizás de este mundo físico.
La historia de Ana Jaime, la hija del médico de Julio A. Roca, quedó registrada en el libro de memoria de María Herbert de Kraumer, la primera dueña del más emblemático hotel de la belle epoque. También la publicó el diario Los Principios en un breve recuadro. Monseñor Juan Martín Yáñez y Paz, entonces director del “Diario de los curas” como se lo llamaba popularmente, hizo trascender que se presumía que la causa del deceso habría sido el consumo de leche contaminada.
Un periodista del medio, amigo personal de Clara Funes, esposa de Roca, se enteró de la verdadera razón de la muerte de la nena, pero mantuvo el secreto hasta el último día de su vida, como le pidió el informante. ¿Cuál fue? Todo quedó en el misterio. Más allá de estas historias, relatos y leyendas que perduran en el tiempo, es notable el interés de la gente que se incrementa de a poco, sobre estos temas que llaman la atención. La vida después de la muerte y las extrañas apariciones fantasmales son una atracción innegable que se plasman en los recorridos turísticos.
Muchos se interesan a partir de estos relatos en investigar qué pasa con las almas después de la muerte. ¿Se van todas o algunas quedan dando vuelta en este mundo terrenal?