Hoy que estás sufriendo, mi Taragüí, la sangre de tus hijos está brotando como un manantial guaraní.
Que el mismo diablo se está queriendo anidar entre los montes, los esteros y en el mismo pajonal.
Se viene arrastrando como una serpiente infernal.
Nosotros no le tenemos miedo a las víboras, son parte de nuestra identidad; si la Argentina entra en guerra, Corrientes la va a ayudar. Así fue durante toda la historia, y si sus hijos no saben, cuéntenle lo de Malvina y Soledad.
Van dos meses que estamos en pelea y el resto de Argentina no lo está. Hoy tengo la sensación de que esa víbora se envolvió en mi brazo y mi cuchillo tiene veneno de yarará.
Oh guaycurú correntino que al fuego peleando está, quién lo viera a ese mencho con cuero de oveja mojado peleándole al aña.
Al galope en su criollo de polainas y alpargatas llevando una mochila forestal.
Batiendo una rama y alentando con gritos de sapucay.
Y vos que sos cambá. Yo co soy mencho nomás. No señor, usted es de Corrientes semejante profesional.
Cuando todo esto pase, reaparecerá la sangre del correntino al que le sobra voluntad: “Sí señor, aquí estoy pa’ lo que guste mandar”.
Todos miran por TV nacional esta catástrofe natural, yo les digo a todos en la gran ciudad que hablan del oxígeno del planeta, que en Argentina somos la primera provincia forestal, le llenamos de árboles pa’ que nos podamos oxigenar.
Que cuando hace calor en sus casas y el aire acondicionado está, es porque hay energía de la inmensa Yacyretá, con todas las aguas del majestuoso Paraná; para que ustedes vivan cómodos, estos tuvieron que atravesar los cables por los Esteros del Iberá.
Sí señor, hoy el correntino está herido, pero resucita en esa forma de ser: el ser servicial.
No importa qué título tenga, estamos luchando a la par.
Hombres y mujeres, toditos por igual, váyanse al carajo cuando discursean igualdad.
Mujeres que paren machos y con ovarios por demás.
Rindo homenaje a la mujer bombero que lucha al frente de ese diablo voraz. ¡Oh morocha! ¿Qué llevará tu sangre ancestral pa’ tener ese coraje? Serás la leyenda de Anahí, que te llevó el fuego en el monte y te transformaste en flor nacional.
Miren sus mesas.
Por Mariela Pletsch
Ingeniera agrónoma