Mandiyú volvió a fracasar de local y ahora deberá ir a ganar a Saladas

Rubén Poletti

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Mandiyú dejó escapar la oportunidad de asegurar la clasificación a la segunda fase del torneo Provincial de Clubes de primera división masculino que organiza la Federación Correntina de Fútbol (Fecof). De local en cancha de Libertad, el Albo empató ayer 0 a 0 frente a Sportivo Santa Lucía, que con este resultado se mantiene en el primer puesto del grupo H, pero concluyó su participación en el certamen.

El juego del campeón capitalino fue muy pobre, un calco del que ofreció en su primera presentación de local, que casualmente también terminó sin abrir el marcador frente a Centenario, al que ahora está obligado a ganarle en la última fecha en Saladas para quedarse con el grupo y pasar de ronda.

En el partido correspondiente a la quinta fecha del certamen, Mandiyú volvió a lucir acelerado e impreciso, y ni siquiera pudo hacer pesar el hombre de más que tuvo a partir de los 15 minutos del segundo tiempo. Enfrente se encontró con un equipo práctico y bien plantado en el campo de juego, que vino a hacer su negocio sin apartarse del libreto, ya que el objetivo fue llevarse algo de Corrientes, y lo logró.

Sportivo buscó avanzar triangulando con la pelota al ras del piso, y cuando no pudo la revoleó afuera, sin miramientos. Con esos argumentos, le alcanzó en los primeros minutos del encuentro para ser más que su rival.

La visita llegó a inquietar por duplicado al arco defendido por Aranda, que primero tuvo que arrojarse para contener, en dos tiempos, un remate de media distancia de Triay, luego de un error de Báez, y luego sólo hizo vista ante un cabezazo de Maciel, que ingresó libre de marcas al área tras un tiro libre de Blanco.

Sin poder crear juego en la ofensiva, Mandiyú abusó con los pelotazos para Molina, que alcanzaba a aguantar la pelota, o bien buscaba hacerla rebotar para un compañero, pero carecía de un socio que aproveche sus cualidades.

Más de media hora tardó el Albo para arrimar peligro al arco santaluceño. Después de una serie de rebotes, Molina bajó la pelota por el segundo palo con el pecho, sacando un potente disparo que dio en el corpulento Toledo. Al rato, Herrera pifió el remate tras un tiro de esquina, quedándole la pelota a Mariano Giménez, cuyo zurdazo fue a parar a las manos del arquero.

Sin embargo, las emociones llegaron sobre el final de la etapa inicial. Aranda debió arrojarse contra el palo derecho para tapar un remate de Falcone, derivando la pelota en Maciel, que envió un centro alto y paralelo a la línea de sentencia que fueron a buscar bien arriba Báez y Triay, logrando llegar primero el delantero visitante, aunque la pelota se fue por encima del travesaño.

Del otro lado, Mandiyú tuvo la situación más clara para marcar de todo el partido. Mariano Giménez peinó en el primer palo un córner desde la derecha que Brunetti, ingresando libre de marcas por el centro del área chica, cabeceó “de palomita” por arriba del horizontal, desperdiciando una inmejorable ocasión.

Si lo del primer tiempo fue mediocre, la segunda parte del encuentro fue decididamente mala. Mandiyú se repitió en su frenética búsqueda del arco de enfrente, pero sin ideas ni la claridad suficiente para complicar a Sportivo. 

El equipo de Santa Lucía se quedó a los 15 minutos con un hombre menos cuando Maciel golpeó con las manos en la cara a Monzón delante del árbitro César Ojeda, quien sin dudar le mostró la tarjeta roja.

El técnico del Albo, Domingo Centurión, buscó sacar provecho de la superioridad numérica, haciendo ingresar a Segovia (delantero) en lugar de Ramírez (mediocampista).

 El local se adueñó del terreno y la pelota ante un rival que se fue recostando cada vez más hacia su propia área, y que hizo gala no sólo de una gran firmeza defensiva, sino también de un gran repertorio de recursos extradeportivos que permite el reglamento, con tal de consumir tiempo de juego.

Los ingresos de Sosa y Saucedo por Herrera y Matías Giménez, respectivamente, poco aportaron para cambiar la historia, al igual que los 7 minutos de adición que determinó el árbitro, y que se estiró a diez por una prolongada atención que recibió el arquero Lezcano, aunque la sensación que quedó flotando es que la paridad no se hubiera roto ni si hubieran jugado hasta hoy.