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/Ellitoral.com.ar/ Ciencia & Tecnología

Encontraron ratas con hantavirus en el Iberá: cómo puede afectar a la población humana

Las muestras obtenidas de la especie colilargo chico son compatibles con el virus obtenido de un caso humano reportado en la vecina provincia de Misiones.
Colilargo chico (Oligoryzomys flavescens) Foto: Lucas De Ciria

Un equipo de investigación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos Malbrán” detectó a la especie de roedores colilargo chico (Oligoryzomys flavescens) infectada con hantavirus Lechiguanas en el Parque Nacional Iberá, en la provincia de Corrientes. 

"Esta información nos permite centrarnos en las medidas preventivas para proteger a la población humana", señaló el equipo de investigación que recientemente publicó los resultados en la revista Zoonosis y Salud Pública, dedicada a las ciencias infecciosas y veterinarias.

El síndrome pulmonar por hantavirus es una enfermedad infecciosa emergente en las Américas. En Argentina, desde 1995, se han descrito varios reservorios y variantes del virus, pero las zonas endémicas del noreste y centro del país incluyen un área sin infecciones humanas ni de roedores, a pesar de compartir especies de roedores con áreas con esa enfermedad.

El objetivo de este estudio fue buscar hantavirus en las comunidades de roedores que habitan en esta zona, que limita con dos áreas endémicas del síndrome pulmonar por hantavirus. Pequeños roedores fueron capturados en junio de 2022 mediante un esfuerzo total de 644 noches de trampa distribuidas en cinco cuadrículas ubicadas en el Parque Nacional Iberá, Corrientes, Noreste argentino.

Todos los roedores fueron sexados, pesados ​​y registrados por especie. Se extrajeron muestras de sangre para detectar inmunoglobulina G (IgG) específica de ANDV y extraer el virus ARN. Capturaron un total de 36 colilargos chicos (Oligoryzomys flavescens) y 15 hocicudos rojizos (Oxymycterus rufus).

Una comparación de nucleótidos con secuencias publicadas previamente muestra una similitud del 98,34% con el virus obtenido de un caso humano del síndrome pulmonar por hantavirus reportado en la vecina provincia de Misiones.

Este estudio demostró, por primera vez, que el colilargo chico es huésped del hantavirus Lechiguanas en esta zona y contribuye a cerrar vacíos de información sobre la distribución del hantavirus en Argentina. Además, la alta similitud con el hantavirus encontrado en el caso humano de Misiones sugiere que el reservorio en esa provincia también sería O. flavescens (no confirmado previamente).

La investigación fue realizada por Isabel E. Gómez Villafañe, Carla M. Bellomo, Malena Rospide, Paula Blanco, Rocío Coelho, Daniel O. Alonso, Diana Arnica, Julián Sanchez Loria, Iara Figini, Josefina Campos, Valeria P. Martínez y María Marcela Orozco.

Un trabajo similar, que combina terreno y laboratorio, se está realizando en el Parque Nacional Iguazú, en Misiones, para  identificar qué roedores ofician de reservorios y sus variantes, en qué áreas se encuentran y cómo se mueven en la vegetación.

Recomendaciones sanitarias

Ante síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas, vómitos, diarrea, el Ministerio de Salud Pública de Corrientes recomendó consultar inmediatamente en el centro de salud más cercano y evitar el contacto estrecho con otras personas.

El hantavirus se puede transmitir por inhalación, que es  la causa más frecuente y ocurre cuando se respira en lugares abiertos o cerrados (galpones, huertas, pastizales) donde las heces o la orina de los roedores infectados desprendieron el virus contaminando el ambiente. También por contacto directo, al tocar roedores vivos o muertos infectados, o las heces o la orina de estos roedores

Otras formas de transmisión ocurren por mordeduras, al ser mordidos por roedores infectados; por vía interhumana, ya que puede transmitirse entre personas a través del contacto estrecho con una persona infectada durante los primeros días de síntomas, a través de la vía aérea.

El Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH) ocurre en América y la tasa de mortalidad es cercana al 30%, aunque ha ido disminuyendo en los últimos años debido a la difusión de información sobre su ocurrencia. Esta enfermedad puede presentar desde un cuadro febril leve hasta manifestaciones más graves como un cuadro febril con mialgias, cefalea, tos, vómitos y dolor abdominal, que puede evolucionar en pocos días hacía una dificultad respiratoria grave seguida de muerte.

No existe tratamiento específico. Aquellos pacientes con síndrome cardiopulmonar por hantavirus deben ser asistidos en establecimientos hospitalarios, que cuenten con asistencia respiratoria mecánica.

¿Cómo puede prevenirse?

  • Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones.
  • Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las viviendas.
  • Tapar orificios en puertas, paredes y cañerías.
  • Realizar la limpieza (pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas) con una parte de lavandina cada nueve de agua (dejar 30 minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para no levantar polvo.
  • Colocar huertas y leña a más de 30 mts de las viviendas, cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 mts alrededor del domicilio.
  • Ventilar por lo menos 30 minutos antes de entrar a lugares que hayan estado cerrados (viviendas, galpones).Cubrirse la boca y la nariz con un barbijo N95 antes de ingresar.
  • Al acampar hacerlo lejos de maleza y basurales, no dormir directamente sobre el suelo y consumir agua potable.
  • Si se encuentra un roedor vivo: usar veneno para roedores o tramperas para capturarlo (no intentar tocarlo o golpearlo).
  • Si se encuentra un roedor muerto: rociarlo con lavandina junto con todo lo que haya podido estar en contacto y esperar un mínimo de 30 minutos. Luego recogerlo usando guantes y enterrarlo a más de 30 cm de profundidad o quemarlo.

Roedores

Los hantavirus se mantienen en la naturaleza infectando roedores nativos de la Subfamilia Sigmodontinae (“roedores sigmodontinos”), estando cada variante de hantavirus asociada típicamente a una o a unas pocas especies de roedores.

En Argentina, el primer caso de SCPH fue identificado en el año 1995 en El Bolsón, provincia de Río Negro, y dio origen a la caracterización genética del virus Andes (ANDV). Desde ese momento, todos los años se registran casos de SCPH en humanos que se concentran en cuatro regiones que difieren en sus características ambientales, en la identidad genética del virus circulante, en las especies de roedores reservorio y en el número de casos presentes: a) NOROESTE: Salta, Jujuy y Tucumán; b) CENTRO: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos; c) PATAGONIA: Neuquén, Chubut, Río Negro y Santa Cruz; y d) NORDESTE: Misiones y Formosa.

Entre los años 1995 y 2018, más de 1500 casos de SCPH fueron registrados en el país, siendo las regiones del NOROESTE y CENTRO las que cuentan con la mayor cantidad de casos confirmados. Ciento once especies de roedores sigmodontinos nativos habitan la Argentina, pero sólo 6 de ellas han sido identificadas como reservorio del virus en esas cuatro regiones y pueden transmitirlo al humano. Estas son el colilargo chaqueño, Oligoryzomys chacoensis (virus ANDV-genotipo Oran), el colilargo menor occidental, Oligoryzomys occidentalis (virus ANDV-Bermejo), el colilargo chico, Oligoryzomys flavescens (virus ANDV-Buenos Aires, Lechiguanas y Central Plata), el colilargo patagónico, Oligoryzomys longicaudatus (virus ANDV-Sur), el colilargo isleño, Oligoryzomys nigripes (virus ANDV-Juquitiba) y la laucha grande, Calomys callosus (virus Laguna Negra). Sus distribuciones y características generales se muestran en la siguiente infografía.

Además, se han detectado anticuerpos contra el virus en otras especies de roedores sigmodontinos como el ratón pelilargo, Abrothrix hirta, el ratoncito oliváceo, Abrothrix olivacea, el pericote cola corta, Loxodontomys micropus y el ratón del delta, Deltamys kempi. Sin embargo, dado que en ellos el virus fue detectado en baja proporción, no se los considera reservorios y podrían haber tenido el virus de modo accidental o esporádico.

En Argentina, otros genotipos de hantavirus están presentes únicamente en roedores y, hasta la fecha, no han sido asociados a casos humanos de SCPH. Por ejemplo el genotipo Maciel, cuyo reservorio es el ratón de cola peluda, Necromys lasiurus, o el genotipo Pergamino, cuyo reservorio es el ratón de pastizal pampeano,Akodon azarae. Ambas especies de roedores están presentes en la zona central de Argentina.

La mayoría de estas especies poseen tamaño pequeño, longitud de la cola más larga que la longitud del cuerpo y coloración marrón-rojiza. El hantavirus se presenta de manera asintomática en los roedores infectados, mayormente machos adultos, y no tendría efecto sobre su sobrevida. A su vez, el virus no está presente en todos los individuos de la población reservorio sino en un porcentaje que, en promedio, ronda el 10% de la población. Sin embargo, estos valores presentan una amplia variación temporal y espacial que va del 0% al 40% en ambientes silvestres.

Las especies de roedores aquí mencionadas habitan naturalmente ambientes silvestres. Sin embargo, pueden encontrarse en lugares rurales, periurbanos y, en menor proporción, en grandes parques urbanos, generalmente cerca de cuerpos de agua, matorrales y lugares con vegetación. Ocasionalmente pueden refugiarse dentro de viviendas o galpones cercanos a estos ambientes. Su abundancia depende de la interacción de diversos factores ambientales, meteorológicos (temperatura, precipitación) y antrópicos.

El número de individuos que conforman las poblaciones fluctúa según el alimento disponible y las condiciones ambientales. De manera general, sus períodos reproductivos se limitan a la primavera y parte del verano, presentando mayor mortalidad durante las estaciones más frías. Excepcionalmente, como en años muy cálidos, lluviosos o con mayor oferta de alimento, la actividad reproductiva se extiende al otoño e invierno.

Los roedores responden rápidamente ante una gran oferta de alimento, produciendo más crías por camada y teniendo más camadas por año, desencadenando fenómenos conocidos como “ratadas”. Estas ratadas pueden ocurrir en sitios puntuales y en áreas pequeñas (como la ocurrida en Villa La Angostura en el ‘97) o bien pueden manifestarse a escala regional, como sucede con el colilargo patagónico (Oligoryzomys longicaudatus) durante las semillazones masivas de la caña colihue.

En la región Centro, suele observarse luego de grandes inundaciones la aparición de individuos del colilargo chico (Oligoryzomys flavescens) antes que los de otras especies, que tardan más en recuperarse. Esto sería consecuencia de su mayor adaptación a estos eventos climáticos, posiblemente debido a que son capaces de trepar árboles para escapar del agua.

Los roedores infectados liberan el virus al medio en sus heces, orina y saliva. La transmisión a humanos ocurre principalmente por inhalación de aerosoles cargados de partículas virales provenientes de esas secreciones. Otras vías de transmisión pueden ser a través de las mucosas de los ojos, lesiones en la piel o, más raramente, por mordedura de un animal infectado. La transmisión persona a persona fue descripta para la región patagónica a partir de un caso ocurrido en El Bolsón (año 1996, genotipo Sur) y en la región Centro a partir de un caso en Buenos Aires (año 2002, genotipo Buenos Aires).

Las posibilidades de exposición a los hantavirus son mayores cuando las personas trabajan, juegan, viven o frecuentan lugares donde habitan estas especies de roedores. Los ambientes cerrados (galpones, corrales, obradores) con una infestación constante de roedores, representarían los sitios con mayor riesgo de infección para humanos.

Actualmente, se están llevando a cabo estudios sobre vacunas y terapias virales contra los hantavirus del continente americano, pero los resultados son aún incipientes. Por lo tanto, el elemento básico para evitar la enfermedad es la prevención basada en minimizar la exposición humana a los roedores infectados y tomar las medidas sanitarias adecuadas ante un caso.

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