Una trabajadora rural de 82 años de Corrientes, provincia del noreste de Argentina, ingresó al hospital con un tumor en forma de placa tematosa, escamosa y espesa en la mano izquierda, con una lenta expansión de alrededor de 2 años de duración. Al examen físico se evidencia lesión tumoral seca de 4× 3cm cubierta por escamas gruesas, sin necrosis ni secreción.
El diagnóstico clínico inicial fue el de un tumor, pero los datos histopatológicos pronto sugirieron que se trataba de una infección por hongos. Del examen directo de una biopsia de piel se observaron células muriformes, características de la cromoblastomicosis. El hongo fue identificado como perteneciente al género Fonsecaea.
El equipo médico resaltó que el hecho de que Corrientes se desconozca como zona endémica de cromoblastomicosis puede deberse a la falta de diagnósticos moleculares que acompañen los informes de casos.
Señalaron que el diagnóstico apropiado sigue siendo un problema grave, porque los médicos generalmente no esperan una causa fúngica para las enfermedades subcutáneas. Este también fue el caso del paciente aquí reportado, donde se sospechó por primera vez de carcinoma.
Se observó clínicamente un cambio en la piel de la paciente durante la terapia con itraconazol (ITZ) con una mejora significativa de la lesión dentro de los 248 días del tratamiento con ITZ.
En el presente caso se decidió aplicar tratamiento con imiquimod local dadas las características de la lesión y las capacidades económicas del paciente. Inicialmente se logró una ligera mejoría. Sin embargo, se desarrolló una nueva lesión y luego se indicó tratamiento con ITZ (cápsula) en dosis de 400 mg/día.
Descrita originalmente por Pedroso y Gomes en 1914, en la ciudad de São Paulo, Brasil, la cromoblastomicosis es una infección de la piel y del tejido subcutáneo que se hipotetiza que aparece después de la implantación traumática de material vegetal contaminado con elementos fúngicos. La lesión ocurre principalmente en las extremidades inferiores y afecta comúnmente a individuos masculinos.
El diagnóstico correcto de la cromoblastomicosis se basa en datos clínicos, micológicos y patológicos. El sello distintivo de la enfermedad es la presencia de cuerpos escleróticos en la piel infectada.
Se trata del primer caso de cromoblastomicosis en Argentina causado por F. monophora fuera del área endémica principal de la enfermedad. En Argentina, los casos publicados hasta ahora se han atribuido invariablemente a F. pedrosoi, pero esta identificación puede ser cuestionable.
La enfermedad tiene una distribución mundial en regiones tropicales y subtropicales de África, América Latina y Central, Australia y Asia oriental, pero en cada zona climática es causada por diferentes miembros prevalentes de Chaetothyriales, es decir, los géneros Fonsecaea, Cladophialophora y Rhinocladiella.
Fonsecaea ha sido revisado recientemente y ahora contiene tres especies: F.pedrosoi, F.monophora y F.nubica. Estos hermanos son ligeramente diferentes en sus espectros clínicos: F.pedrosoi y F. nubica parecen estar estrictamente asociados con la cromoblastomicosis, mientras que F. monophora también se ha aislado de abscesos cerebrales, ganglios linfáticos cervicales y bilis.
El equipo médico concluyó en el reporte que es necesaria una mayor vigilancia y concientización sobre esta enfermedad para su detección temprana a fin de evitar el desarrollo de formas crónicas que puedan incapacitar al paciente en su funcionamiento diario.
El reporte fue publicado en idioma inglés en la revista científica Medical Mycology Case Reports y fue elaborado por Marcelo Label, Luciana Karayan, Sybren De Hoog, Javier Afeltra, Togo Bustamante y Roxana Vitale.