Por Eduardo Ledesma
Versión gráfica: Belén Da Costa
En esta charla con la presidenta del Instituto de Cultura de Corrientes, Beatriz Kunin, exploramos uno de los puntos altos de la gestión del Instituto de Cultura de Corrientes: la feria de arte contemporáneo de Corrientes, ArteCo, que celebra su séptima edición con una programación imperdible.
Hablamos sobre el mercado artístico local, sobre la producción de artistas consagrados y emergentes, la visita de representantes de galerías nacionales y extranjeras, de coleccionistas y compradores de todo el país y la provincia y, entre otras cosas, del rol del Estado y de los privados en la financiación y promoción del arte.
¿Qué es el ArteCo?
Esta es la séptima edición de una feria que se ha instalado y convoca e invita a participar a diferentes actores. Esto comenzó siendo una cosa pequeña, como un desarrollo local, fue creciendo año a año. Hoy podemos decir que es realmente notorio su cambio y hoy tiene un nombre nacional y también, por qué no, internacional. Hasta el año pasado teníamos de invitados a artistas y galeristas de Paraguay, este año tendremos también de Brasil, también de Uruguay. Esta es una actividad que en este año vamos a tener aproximadamente 250 artistas que van a exponer, sea como individuales, como galerías, como colectivos y que tiene un nombre nacional.
ArteCo es un mercado con mucha producción de artistas consagrados y emergentes. Cómo es ese mercado en relación con la otra parte, es decir, con el comprador. ¿Quiénes son los compradores del ArteCo?
Es un ambiente sumamente interesante y tu pregunta es muy importante. Esto es una acción que genera una gran actividad económica en la ciudad y que genera muchísimos ingresos a aquellos que son artistas, que a veces es muy difícil de encontrar la contraparte, como decís, el comprador. Aquí vienen a adquirir coleccionistas individuales, galeristas. Tenemos números de que aquí vienen aproximadamente 45 o 50 compradores de afuera de la ciudad, de otras provincias, de Capital Federal y varias galerías con mucho nombre, de Córdoba, por ejemplo, también. El año pasado, durante la feria, se vendieron más de 350 obras, pero luego de la feria se vendieron otras más de 150, en los meses posteriores, de gente que queda, digamos, tentada y con ganas de comprar o que lo que vio se vendió, entonces le encarga algo al artista. Así que esto es una actividad sumamente importante en nuestra provincia. Los hoteles están ocupados, la gastronomía se mueve, los artistas venden directamente y también muchos emergen. A partir de otras ferias anteriores, algunos de los artistas comenzaron a vender en Buenos Aires, a tener un representante. Algunos fueron también a ArteBA, que es la meca del arte.
Ahora, además de los coleccionistas particulares y colectivos, empresas o galerías, ¿también hay compradores independientes o particulares que vienen a comprar acá?
Así es, el coleccionismo. El coleccionismo es algo mágico, porque en realidad el comprador individual compra aquello que le gusta, aquello con lo que se siente bien para convivir a diario. No compra muchas veces por el valor de la obra, sino aquello que lo hace sentir bien. Otra cosa es aquel que invierte en arte. Así han emergido muchísimos chicos jóvenes. En este momento tenemos en Buenos Aires una presentación de un correntino que en Corrientes fue el único que tuvo una galería de arte, que es Juan Gutiérrez, una persona que en Corrientes ha sido casi tapada, que vivió muchos años afuera, y hoy es un boom en Buenos Aires.
¿Cuál cree usted que es la función del Estado en este tipo de ferias?
Creo que cumple un rol sumamente importante. Esto es apoyar a los artistas que son de alguna manera emprendedores e independientes, trabajan en algo que les apasiona y que muchísimas veces les es difícil llegar al mercado. Y, bueno, por suerte la política de Estado de nuestro gobernador Gustavo Valdés, desde hace muchísimos años es apoyar el arte, la cultura. Ustedes saben que permanentemente estamos haciendo acciones y que desde el Instituto de Cultura estamos trabajando de manera muy federal, estamos trabajando en el interior de la provincia todas las semanas.
¿Hay galerías para este tipo de muestras en el interior? ¿O se puede pensar en algo así en el interior? ¿Es posible hablar de algo itinerante?
Claro. En este momento las ferias de libros itinerantes que estamos teniendo también están llevando pintura. Estamos trabajando muy bien y ya vamos ocho semanas de ferias itinerantes con libros, en diferentes localidades de la provincia, en diferentes escuelas, y llegando de este modo a que todos puedan ser parte de una mini-feria.
Hubo artistas y galerías a quienes hubo que dejar afuera. ¿Eso viene pasando o es la primera vez que pasa?
Algunas veces ha pasado, por supuesto, por eso hay que tener en cuenta el nivel del material y también, por supuesto, el espacio físico, pero básicamente el nivel. Porque si es muy bueno siempre tratamos de encontrarle alguna ubicación. Pero creo que este año tenemos un jurado de lujo. Juan Carlos Aquino, coleccionista, correntino, muy conocido y con mucho conocimiento; el arquitecto Gabriel Romero, decano de la Facultad de Artes y mi antecesor en el cargo, que es quien puso a la feria en escena; Mindelaite de Buenos Aires, una galerista sumamente importante; y Eleonora Jaureguiberry, hoy coordinadora del Malba Puerto y antes secretaria de Cultura en Buenos Aires también.
¿Y hay un premio?
Hay muchos premios. Hay un premio de adquisición de la provincia, otro de la universidad, hay diferentes adquisiciones o premios de particulares, de coleccionistas, de galeristas. Tenemos una serie, que ya está instalada, de Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez, dos coleccionistas muy importantes de Buenos Aires. Ellos todos los años otorgan un premio. También tenemos un premio en una residencia que otorga la Asociación de Amigos del MAC. Hay muchos premios este año. También otros son premios en dinero, que no son de adquisición, es un dinero que le queda al artista.
Hace un tiempo se empezó a cuestionar el rol del Estado en relación con la cultura. Cuando hay tantas necesidades no cubiertas, surge el argumento de la prioridad. Porque el Estado debe invertir en otras cosas cuando hay tantas necesidades y así. ¿Usted qué cree de esto?
¿Qué sería de nosotros sin identidad? Sin conservar nuestras tradiciones, nuestra cultura, nuestras sanas diferencias. Yo creo, en lo personal, que la inversión en cultura es invertir en la mejor calidad de la gente. Llamémosle cultura a todo. La lectura, la plástica, la música, que es sumamente importante. Creo que no es un gasto, es una inversión.
¿Existe hoy algún desafío relacionado con la cultura? ¿Enfrenta algún desafío? ¿Se puede cuidar por sí sola?
Yo creo que nuestro camino más difícil hoy es incluir a los jóvenes en este concepto de pertenencia. Verán que hoy en día los chicos jóvenes no leen el diario, no lo digo como una crítica sino como una realidad. Por eso, diría que hacerlos sentir parte de esto que somos. No de eso globalizado, el internet y todas esas plataformas que se utilizan que me parece fantástico y creo que eso es un desafío de los gobiernos de que sigamos manteniéndonos como somos, mejorándonos pero conservando lo que traemos.