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Tras la derrota, Kicillof busca contener los reproches K y evitar internas

La caída en Buenos Aires y el retroceso nacional abrieron una nueva etapa de tensiones. El ala dura K apunta al desdoblamiento impulsado por el gobernador, quien intenta ratificar su liderazgo para pensar a largo plazo.

Por El Litoral

Martes, 28 de octubre de 2025 a las 10:06

La derrota del domingo desnudó fracturas que el peronismo apenas contenía bajo una campaña unificada. Con los resultados ya sobre la mesa, el ala dura kirchnerista redobló las críticas a Axel Kicillof, el massismo pidió “dejar calmar las aguas”, y el gobernador bonaerense comenzó a replegarse sobre su círculo más cercano. Entre reproches cruzados y lecturas opuestas, la principal fuerza opositora intenta procesar el golpe y definir cómo encarar el nuevo ciclo político.

En el bastión peronista, donde el oficialismo aún conserva poder territorial, la desilusión fue inmediata. Fuerza Patria perdió más de 434.500 votos respecto de las legislativas de 2023, pero también retrocedió casi 262.000 votos entre la elección provincial del 7 de septiembre y la nacional del 26 de octubre. El dato encendió todas las alarmas: no solo se trató de un retroceso electoral, sino que algunos creen que también es un síntoma de desmovilización interna.

No hay reuniones previstas entre las tres patas de Fuerza Patria para estos días, pero Kicillof volverá a refugiarse en el Movimiento Derecho al Futuro, junto a los intendentes que lo acompañaron en la campaña provincial. Allí buscará analizar con detalle el mapa del voto, entender dónde se perdió apoyo y cómo sostener su proyección política de cara a 2027.

El reproche kirchnerista: “Cristina tenía razón”

En las horas posteriores a la elección, el sector más duro del kirchnerismo salió a marcar posición. “Cristina Kirchner tenía razón (no importa cuando leas esto)”, escribió la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, antes de que se conocieran los resultados oficiales. La frase fue interpretada como un mensaje directo a Kicillof, en medio del malestar por el desdoblamiento electoral que la expresidenta había rechazado desde un principio.

Cristina Kirchner había advertido que adelantar los comicios bonaerenses podía darle a Javier Milei tiempo para reorganizarse si el resultado nacional le era adverso, como finalmente sucedió. En La Cámpora sostienen que esa decisión —tomada en soledad por el gobernador— fue un error estratégico que terminó en la derrota de este domingo.

En el entorno de Kicillof, en cambio, la lectura es inversa: consideran que la lista impuesta por la expresidenta, con Jorge Taiana como candidato de síntesis, resultó poco atractiva para una elección bisagra. Taiana, un dirigente sin conflictos con ningún espacio de la interna, no logró traccionar ni entusiasmar al electorado en el principal bastión peronista.

El resultado dejó al descubierto una fractura oculta tras la unidad forzada por la campaña. Aunque Máximo Kirchner y Massa compartieron el escenario con Kicillof, ninguno de los dos habló como estaba previsto cuando todavía proyectaban un triunfo acotado. El gobernador fue quien intentó esbozar un análisis preliminar de la derrota.

En diciembre, el PJ bonaerense deberá elegir al sucesor de Máximo Kirchner como presidente del partido provincial, aunque algunos especulan con su continuidad.

El mensaje del massismo: calmar las aguas y sostener la unidad

Mientras el kirchnerismo cuestiona, el massismo intenta moderar. En el entorno de Sergio Massa admiten que el resultado fue adverso, pero insisten en que “no pasó demasiada novedad”. La lectura en ese espacio es que se trató de una combinación de factores previsibles: mayor polarización, listas divididas, aumento de la participación que benefició a Milei y ausencia del voto extranjero, que en Buenos Aires suele aportar algunos puntos.

“Ni magia. Ni humo. Ayer no pasó demasiada novedad. En PBA la ‘ilusión’ fue septiembre. Ahora sucedieron solo efectos mecánicos del sistema electoral: siguió aumentando la polarización y el efecto de segunda vuelta respecto de la elección provincial desdoblada”, escribió Sebastián Galmarini, mano derecha de Massa y diputado nacional electo. “De eso hablaba Cristina Kirchner cuando rechazaba el desdoblamiento”, insisten desde La Cámpora.

En el massismo remarcan que el peronismo retuvo las 46 bancas de diputados que ponía en juego y que perdieron en el Senado “producto de las internas”. Ahora, la disputa real se dará en el Congreso, donde buscarán ser la alternativa a Javier Milei.

En el equipo del tigrense sostienen que “la unidad no solo es un valor político, sino también una estrategia electoral”. Admiten que la dispersión en varias provincias complicó los resultados y que el cierre con listas divididas jugó en contra. Pero, a diferencia del kirchnerismo duro, descartan una caza de culpables inmediata y apuestan a recomponer vínculos.

Según pudo saber TN, Massa mantiene conversaciones con los otros líderes de Fuerza Patria, aunque no hay un encuentro previsto en el corto plazo: la prioridad es “dejar calmar las aguas”.

El intento de Kicillof por reordenar el tablero

En La Plata, el gobernador busca mantener cohesión entre los propios y evitar que la derrota se transforme en una interna abierta. Kicillof analiza junto a su entorno cómo sostener el liderazgo político y a los intendentes acusados por La Cámpora de haber bajado la intensidad de la campaña respecto de la elección del 7 de septiembre.

La vicegobernadora Verónica Magario expresó públicamente el respaldo al mandatario bonaerense y a los jefes comunales peronistas. “Aquí estaremos junto al gobernador @Kicillofok y todos los intendentes peronistas, redoblando los esfuerzos y poniendo el hombro para defender no solo la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, sino también para cuidar a nuestra gente”, escribió en X. Su mensaje buscó despejar el ánimo derrotista y reafirmar la unidad provincial.

La pelea con La Cámpora podría derivar en cambios en el gabinete de Kicillof. Hay quienes desde el MDF piden que el gobernador desplace a los funcionarios camporistas. También hay quienes desde La Cámpora creen que tomar distancia es una opción. Pero si finalmente se cristaliza alguna de esas alternativas, dependerá de cómo escale la interna en el tiempo.

Un nuevo mapa para la oposición

Pese al impacto político de la derrota, el peronismo logró sostener parte de su estructura legislativa. Sin embargo, en el interior del país sufrió duros reveses: solo triunfó en siete provincias, cinco de ellas gobernadas por el PJ. Además, el Frente Cívico de Santiago del Estero, que conduce el gobernador Gerardo Zamora, es un aliado del PJ y también se llevó un triunfo contundente el domingo.

El resto del mapa fue arrasado por La Libertad Avanza, que consolidó su presencia nacional y desplazó al peronismo como fuerza dominante en varios distritos históricos. Esa realidad obliga ahora a una reflexión más amplia. Galmarini planteó que “recién ahora empieza el gobierno de Milei para una parte de los argentinos” y que el peronismo deberá ofrecer una alternativa coherente. Cerca de Kicillof, en tanto, repiten que “todavía falta mucho por recorrer”.

Con heridas abiertas y sin liderazgos indiscutidos, el peronismo vuelve a enfrentarse con su dilema más recurrente: cómo mantener la unidad en la derrota. El desafío, admiten en todos los sectores, es volver a construir poder sin repetir errores del pasado. La carrera a 2027 ya empezó.

Fuente: TN.

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