Es lo último que se conforma con lo que queda. Es lo que se dice peleando por los “porotos”. Calculando como último recurso, jugándonos un pálpito.
Que no es un plan. Sino otra vez la improvisación lanzándonos de cabeza. O, más bien, el resultado de una caja sin fondo que una forma de gobernar, dilapidó en “cotillón, pitos y matracas”, durante mucho tiempo.
Los resultados que piden personas que enfatizaron la libertad como base y partida como de todo proyecto de vida, como lo expresaba el economista, escritor y polifacético español, José Luis Sampedro:
“La libertad por encima de todo. Hazte quien eres. Sin doblegarte, sin hundirte, sin ceder. Vive en armonía con la naturaleza a la que perteneces. Una de las fuerzas más importantes que motivan y controlan al ser humano es el miedo. Gobernar en base al miedo, es muy eficaz. Hace que no se reaccione, que no se avance. Y el miedo es una fuerza más poderosa que el amor, que la bondad, que el positivismo. El gran problema está en que el miedo anula la libertad.”
Es justamente la libertad en todos los sentidos tomada como norte, cuando los precios dilapidan esperanzas, porque es tanta la libertad que al ser tan libres como ahora después de mucho tiempo, no tienen límites ni guarismos para compararlos, poder tener una referencia para que se ponga lógica y mesura.
Nunca los extremismos son aconsejables. En principio, tener en cuenta el humanismo de las cosas y al humanismo dirigido al ciudadano que aún con paros, tampoco puede recomponerse del día a la mañana porque las cosas en su desmesura no lo admiten con las urgencias de las necesidades.
Pero sí, suavizarlos, atenuarlos, porque morir todos los días no es grato ni aconsejable. Venimos de “paliza en paliza”, de “bife” a bife.” curtidos hace tiempo.
Uno se queda pensando cuando lee una por una, las cosas que definen a la libertad, y de qué manera podrían modificarse o atenuarse miles de torturas a que nos conlleva un ajuste merecido pero insoportable, que no permite respirar ni calcular.
“La libertad es una facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, porque es responsable de sus actos.”
“Es la capacidad humana de actuar por voluntad propia. Sin más limitaciones que el respeto a la libertad.”
“Un ser libre no está atado a la voluntad directa de otros de forma coercitiva. La libertad garantiza respeto por la voluntad individual de cada uno.”
Abrigo el humanismo que dejaba trasuntar en cada intervención José Luis Sampedro, pero reafirmo que hay un principal implicado: el ser humano, a quien se le dice permanentemente que baja la inflación macro, pero que no entendemos por qué los precios siguen subiendo amparados en una libertad que si bien controlada tiene facultad que hacer aún más letal un ajuste que va dejando esperanzas rotas, sueños y maldiciones desperdigados.
En esta agudeza de resultados altamente combustibles, uno que tiene la capacidad de imaginar tiempos mejores buscando un cambio de escenario, no pierde la oportunidad de mirar íntimamente un mundo mejor que palie todas las cosas que fueron destrozadas.
“El mercado está en manos de los poderosos. Dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber qué libertad tiene en el mercado quien va sin un céntimo.” José Luis Sampedro.
Soñar, no cuesta nada. John Lennon, el beatle talentoso, ya en el año 1971, nos invitó a dar riendas sueltas a un cambio de paradigma, con su tema “Imagina”, abanderada de esperanzas, cielos nuevos, y mucho por ser felices.
“Tú puedes que soy un soñador, / pero no soy el único. / Espero que algún día te nos unas / y el mundo será como uno. / Imagina no posesiones. / Me pregunto, si puedes. / No hay necesidad de codicia o hambre. / Una fraternidad de hombres / imagina toda la gente / compartiendo todo el mundo. / Puedes decir que soy un soñador, / pero no soy el único. / Espero que algún día te nos una, / y el mundo vivirá como uno solo.” /
Decía “Premio consuelo”, lo cual no es un descrédito, para el poco aire que ante la deshumana subida precios nos queda de margen. Luchando unos a otros para reacomodarnos, con precios de boletos de colectivo urbano como si fuera un pasaje para la escalera al cielo.
En toda lucha siempre hay victoriosos y caídos. Prefiero esto último, ya que no se trata de una beca que nos enorgullezca. Me da pena por nosotros mismos, por muchos otros tantos que restan y restan con tal de sacar diferencia.
Sin embargo la contienda es pesada pero siempre diferenciada. Todos iguales sin coronita; ya hemos hecho suficiente mérito. La libertad que aprecio dio el brinco más de la cuenta.
Los servicios, los remedios, la comida, la ropa, son parte de esta belicosa carrera, donde siempre vence no el más capaz, sino el que más tiene. Porque debemos revalorizar que la libertad debe ser justa y humana.
Decía duramente Sampedro: “El mercado está en manos de los poderosos. Dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber qué libertad tiene en el mercado quien va sin un céntimo.”
Y lo del “Premio Consuelo”, es lo que queda, primero de atrás.
Me quedo con Lennon, es mucho más humano y deja brillar una esperanza soñada: “Imagina que no hay cielo. / Es fácil si lo intentas. / Ningún infierno bajo nosotros. / Sobre nosotros solo el cielo. / Imagina toda la gente, / viviendo por hoy. “