Las elecciones provinciales ya han pasado y seguramente dejaron huellas difíciles de desandar para encontrar el camino común que quienes estamos en el Peronismo, sin ambiciones personales ni en la búsqueda de cargos o canonjías, nos merecemos. Esto también vale en gran medida para el ámbito nacional y el de otras provincias, sin desconocer esta realidad nos circunscribimos al ámbito local.
El momento que atravesamos debe hacernos más nítida la pertenencia, más fácil el reconocimiento de lo propio y de lo extraño, diferenciar el amigo del enemigo. Tenemos un pasado y un destino común, es inexorable. Se debe terminar aquello de que si no pienso exactamente igual que el que conduce soy un traidor, la existencia del Movimiento debe ser recreada y para ello debe sustentarse en el “compañero”, aquel que pretende conducir debe saber que nadie es autosuficiente y si el “otro” nos define hasta ideológicamente, el “otro compañero” no puede ser prescindente.
La primera responsabilidad política de quien conduce es la UNIDAD. Sin embargo observamos que de pronto aquellos compañeros que por la gracia de la “política” están puestos en la arena interna son impiadosos entre sí, y así nos fue, un resultado electoral muy por debajo de las expectativas. No pecamos de indulgentes, nos sostenemos en aquello que enseñaba Perón “ La única verdad es la realidad”, no hay versiones simplificadas de la historia.
Es necesario revisar conductas, procedimientos y el proceso de toma de decisiones para generar una versión mejor del Peronismo que cree expectativas ciertas de tener en algún momento posibilidades de ser poder y ahora, hoy, asumir como el principal espacio (Movimiento) de la oposición, con unidad de acción, saliendo de la peleíta interna, sin la tentación prebendista conservadora del carguito en la legislatura o alguna ventajita monetaria.
Los actos de conducción ya dejaron de ser individuales, necesariamente son producto del consenso. Tuvieron que hacerlo Cristina, Axel y Massa, así lograron en el ámbito bonaerense que la decisión descienda hasta el último militante. Ya habrá tiempo para dirimir internas si fuera necesario o cauterizar las heridas que nos están desangrando y ponen en riesgo el objetivo inmediato, que hace no solo a la subsistencia provincial sino también a la consideración nacional. El objetivo es el 26 de octubre RULO HADAD Diputado Nacional.
Y no es por la figura del compañero Rulo, al que mucho conocemos y respetamos, por su historia y también porque muchos ya dábamos por sentado que hoy debiera ser Senador Provincial, es por el Peronismo, por la memoria, por Perón, Evita, Néstor en definitiva es por la Patria que están entregando, ni siquiera vendiendo, se llevan todo y nos dan plata que después devolvemos y todo a merced de un pueblo cada vez más empobrecido.
En este elección no hay medios eso está claro, ni plata, ni bolsas, ni autos ni nada de lo que se suele repartir en las campañas. Lo único que queda es el militante, por favor no los ignoren. Cada uno de los que participan en las redes o en el wasap, debe hablar con su vecino, repartir un volante si lo hubiere, ofrecerse como fiscal sin pretender un salario para ello, los Legisladores con su personal en las escuelas a cuidar los votos.
Ya lo hicimos antes y podemos volver hacerlo. En memoria del 17 de octubre que ya cumple 80 años. Ese día que “el subsuelo de la patria sublevado”, selló un pacto indestructible de lealtad con Perón. Hoy es con el Movimiento que heredamos y que toneladas de inquina oligárquica no han podido destruir.
El 26 nos vemos en la calle, cada uno con lo que puede y lo que tiene, la única promesa es el futuro que construiremos, es hora de realizar el destino común. Y un día después nos sentamos a discutir ese futuro, cómo con quién y con qué herramientas.