¿Qué está esperando el Gobierno para convertir la derrota en la provincia de Buenos Aires -y en el resto de las elecciones provinciales, con excepción de la Capital Federal- en una victoria en la renovación de cargos legislativos nacionales de octubre?
El columnista del diario Clarín Ignacio Miri fue gráfico al comparar las necesidades de La Libertad Avanza con una carambola salvadora en un juego de billar.
Y entre otros conceptos anotó la que se asemeja a una bitácora para las próximas semanas.
“En los días que pasaron desde el último domingo quedó claro que el Gobierno no va a cambiar ninguno de sus planes a pesar del golpe electoral. En realidad, no hay mucho que pueda cambiar. Las listas y las alianzas no se pueden modificar, no hay manera de reparar las ofensas que cometió con sus aliados en los cierres electorales y no hay medida económica con posibilidad de tener un efecto palpable en cinco semanas. Tampoco se puede hacer mucho con los gobernadores: los únicos tres que están obligados a seguir en el barco del Gobierno -al menos hasta octubre- son los de las provincias en las que La Libertad Avanza se alió con el oficialismo del distrito: Mendoza, Entre Ríos y Chaco. El resto de los gobernadores deberán enfrentarse a Milei y sus listas al menos hasta la elección. El Gobierno no tiene tampoco mucho espacio para correrse del ajuste. Hace rato que no consigue superávit fiscal, si en la cuenta se incluye también el pago de los intereses de deuda.
En la semana próxima quedarán expuestos todos los traumas a los que se enfrenta el Gobierno. La Cámara de Diputados se reunirá el miércoles para rechazar los vetos a la ley del Garrahan y de financiamiento universitario. Allí también buscarán acelerar el tratamiento del proyecto para limitar los Decretos de Necesidad y Urgencia, que ya tiene media sanción del Senado.
Para esa misma tarde, los dirigentes universitarios convocarán a una marcha de protesta contra los vetos de Milei.
El jueves, el juez federal Sebastián Casanello podría levantar el secreto de sumario de la investigación sobre el escándalo de los audios. Según fuentes cercanas al caso: no saldrán de allí buenas noticias para los hermanos Javier y Karina Milei. Los investigadores están despegando su trabajo de la información que surge de los audios con la voz de Diego Spagnuolo. Por ejemplo, Fernando Cerimedo habría declarado que el ex titular de la Agencia de Discapacidad le había dicho algo muy similar a lo que se escucha en los audios. Eso ya es una declaración judicial y no un audio sin fecha ni trazabilidad. Tal vez en el Gobierno estén esperando a que se conozcan esas novedades para desembarazarse de Eduardo Lule Menem, la mano derecha de Karina Milei. Si lo hicieran antes, ya no quedaría un lastre para descartar.
En la Casa Rosada no tienen claro cómo mejorar la campaña oficialista para las próximas semanas. Están tratando de convencer al Presidente de que comience a viajar al interior. Los más ambiciosos aspiran a llevarlo al menos a las ocho provincias en las que se votarán senadores nacionales además de diputados. El problema es que Milei insiste en viajar con su hermana, que está destinada a escuchar la palabra “coimera” en cada cuadra que camine, tal como le pasó en sus últimas apariciones públicas en territorios no controlados. Hay otras cuestiones que tampoco se modificarán. Es muy improbable, por ejemplo, que Milei desautorice al Gordo Dan luego de los exabruptos sobre el senador Luis Juez. ¿Por qué? Contesta un funcionario que participa en el armado de la campaña: “Milei piensa exactamente lo mismo que el Gordo Dan. Cree que Juez fue a comer milanesas con él y luego lo traicionó”.
¿Qué dirá Milei en su discurso del lunes? El Presidente planea usar el anuncio del envío del Presupuesto como relanzamiento de la campaña. Milei solía volcar esas ocasiones a su favor. No hay manera de saber si el Milei de hoy podrá mantener el truco de convertir un discurso plagado de datos técnicos en una arenga que emocione a los votantes.
Del lado de enfrente, en el peronismo, usarán las semanas que quedan hasta la elección nacional para diferenciarse de Milei todavía más. Axel Kicillof ya decidió que trabajará en la campaña de las listas bonaerenses como si las hubiera armado él mismo.
Kicillof no irá a otras provincias. (...) Su relación personal con los Kirchner sigue rota. (...) Él piensa seguir reivindicando a Cristina hasta que nadie más se lo pida. No habría que esperar muchas novedades en ese campo. “Esperar que Axel conduzca a Cristina es una pavada, eso no va a pasar nunca”, dicen cerca del gobernador. Que vuelva a suceder lo contrario también parece imposible.