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Estacionaron en mi cochera: ¿Qué hago?

El caso de un conductor brasileño que utilizó su 4x4 como topadora para liberar sus garaje invita a la reflexión sobre esta mala costumbre de tantos automovilistas. La solución no es la justicia por mano propia, sino seguir el curso de los procedimientos legales para lograr un jugoso resarcimiento.
 

Viernes, 20 de diciembre de 2024 a las 23:05

n El video viral de un enfurecido conductor brasileño que chocó en reiteradas ocasiones a una pick up que obstruía su cochera mereció elogios y apoyos de miles de internautas, quienes admitieron haber deseado hacer lo mismo en distintas oportunidades. Pero la sumatoria de adhesiones no convalida la acción cometida por el irascible, quien pasó de ser víctima de una vulneración de derechos a ser el perpetrador de un daño que podría costarle caro.
¿Qué hacer cuando un desaprensivo automovilista estaciona su vehículo en la entrada de nuestro garaje? La respuesta adecuada a ese interrogante es un "no hacer". Lo que una persona de bien debería tener presente en esos casos -desde ya indeseables y causantes de toda clase de contratiempos- es que no debe salirse del marco normativo, pues cuenta con suficientes instrumentos legales para exigir un resarcimiento al obstructor.
Claro que da bronca salir con las premuras de siempre y toparse con la salida tapada por otro vehículo cuyo dueño se ha marchado del lugar. Debe haber pocas cosas más indignantes que perder la libertad de salir de la propia cochera por culpa de un irresponsable que decidió aparcar sin miramientos, pero siempe hay una solución. Quizás no la más justa en el corto plazo, pero sí la más inteligente.
El señor del video, que puede verse en distintas redes sociales, se dejó llevar por la ira cuando notó que una camioneta Toyota Hilux doble cabina de color oscuro se encontraba atravesada exactamente sobre la rampa de acceso de su casa. Y según se observa en las imágenes, no vaciló en embestir con su paragolpes trasero al lateral izquiero de la pick up hasta abrirse paso por la fuerza.
Aquí hay otro punto sobresaliente: el propietario de la cochera obturada tenía en sus manos un vehículo del mismo porte, lo que sin dudas le permitió actuar como si hubiera estado al mando de una topadora, ya que aprovechó los 200 caballos de fuerza de su Toyota SW4 (una camioneta del tipo SUV considerada de alta gama) para asestarle a la Hilux intrusa tantos empellones como fuera necesario, hasta desplazarla contra el cordón opuesto de la calzada.
Por lo que se observa en las imágenes, el dueño de la camioneta embestida nunca apareció, mientras que el conductor justiciero partió sin grandes inconvenientes, aunque con las huellas de su accionar intempestivo impresas en el paragolpes y el portón trasero de su 4x4. Y lo más grave: con los hechos registrados por los transeúntes con teléfonos celulares.
Lo triste del entuerto es que la persona que comenzó siendo la víctima del indolente estacionador de la Hilux abrió un flanco para sufrir una demanda por daños que podría ser interpuesta por el propietario de la camioneta embestida.


¿Se pierde tal derecho por haber cometido la contravención de estacionar en un punto prohibido? No. En todo caso quien estacionó incorrectamente deberá afrontar una multa municipal y responder por el daño infligido al dueño del garaje bloqueado, pero aun así podrá accionar contra él por los choques deliberados en razón de argumentos justificantes o atenuantes como ser: se descompuso su vehículo y fue en busca de ayuda, tuvo que detenerse por un problema de salud, debía asistir a un familiar enfermo y no tenía otro lugar disponible, etcétera.
El que podría llevar las de perder en todo este intríngulis es quien aplicó la violencia para despejar su cochera. Desde el momento en que comenzó a dar empellones contra la Hilux, el dueño de la SW4 se expuso a ser acusado de ejercer justicia por mano propia en razón de que tenía otros recursos para salir de su hogar. Uno de ellos: maniobrar lo suficiente y esquivar el obstáculo por la vereda. Otra alternativa pudo haber sido llamar un taxi luego de dejar constancia del taponamiento del garaje.
Justamente, las pruebas fotográficas y de testigos presenciales de la obstrucción pudieron haber servido para que el propietario de la cochera bloqueada inicie una acción por daños contra el conductor que estacionó de manera irresponsable. Y mientras tanto, solicitar la presencia de agentes municipales a fin de que lleven a cabo la remoción de la camioneta mal estacionada con una grúa.
Lo que no se debe hacer es lo que el conductor irascible hizo. Chocar repetidamente al vehículo mal ubicado hasta moverlo por la fuerza no implica victoria alguna, sino un futuro embrollo legal que deberá dirimirse en tribunales, con altos costos para quien comenzó siendo la víctima del incidente (el dueño de casa que no podía salir).
A menos que el rapto de furia haya sido consecuencia de una urgencia impostergable como podría ser, por ejemplo, la necesidad de asistir a un familiar desvalido y con problemas de salud. En ese caso, el conductor de la SW4 habrá actuado en estado de necesidad justificante y deberá presentar tales argumentos ante el juez. De todos modos, tendra que comparecer ante los estrados y esos trámites también implican un costo: el de gastar el propio tiempo en un conflicto que pudo ser evitado.

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