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Karaí Octubre: qué es y cómo se lo debe ahuyentar

Se trata de un personaje de la mitología guaraní que recorre los hogares para comprobar que sus habitantes fueron previsores y guardaron alimento. 

Por El Litoral

Miércoles, 01 de octubre de 2025 a las 08:48

Cada 1° de octubre, en Corrientes y en gran parte del Litoral, el aire se llena de una mezcla de aromas, recuerdos y supersticiones. Es la fecha en la que aparece Karaí Octubre, un personaje mítico del mundo guaraní que, según la tradición, recorre los hogares para comprobar si las familias fueron previsores: si sembraron, cosecharon y guardaron suficiente comida para lo que resta del año.

El “Señor Octubre”, como también se lo conoce, no es una figura simpática. Lo describen como un hombre bajo, barbudo, de rostro duro, con sombrero de paja y un látigo en la mano. Y su misión es clara:

  • Si en una casa encuentra abundancia, deja su bendición y asegura prosperidad.
  • Pero si descubre escasez, castiga con miseria hasta fin de año.

Cómo ahuyentar al Señor Octubre

Por eso, cada 1° de octubre no puede faltar en las mesas correntinas un buen plato de jopará palabra guaraní que significa “mezcla”—, un guiso abundante de porotos, maíz y carne. Se sirve en grandes cantidades y, más allá de la creencia, simboliza la unión, la solidaridad y el deseo compartido de un año sin penurias.

Antiguamente, nuestros abuelos y bisabuelos tenían rituales muy particulares para espantar la miseria junto al Karaí Octubre:

Algunos se levantaban temprano y recorrían las habitaciones golpeando con un cinto o chicote, como si azotaran al duende para que se fuera.

Otros soplaban fuerte en los rincones, a veces con un silbato o corneta, dejando una ventana abierta para que la pobreza huyera por allí.

También era común dejar un plato de comida en la puerta, para que alguien necesitado lo encontrara, o invitar a los vecinos a compartir el guiso.

El jopará es un guiso abundante que combina porotos, maíz y carne.

De una u otra forma, todos coincidían en lo mismo: la abundancia espanta al duende, y con él, la escasez.

Así, generación tras generación, Corrientes mantiene viva esta tradición guaranítica. Porque cada 1° de octubre no es solo una fecha en el calendario: es un recordatorio de que compartir lo que tenemos es la mejor manera de asegurar que nunca falte.

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