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Elecciones en EE.UU: hagan sus apuestas

Por El Litoral

Sabado, 17 de julio de 2004 a las 21:00
John Kerry, candidato demócrata que enfrentará en las elecciones presidenciales a George Bush.
El recalentamiento de la campaña electoral norteamericana, la pelea por el “voto hispano” y la proximidad de los comicios generales en ese país confluyeron para que desde los últimos días comenzaran a desparramarse hacia estas tierras propuestas, especulaciones y apuestas acerca de qué podría cambiar, para bien o para mal, en la relación de los Estados Unidos con América latina en general y la Argentina en particular a partir del año próximo.
En ese escenario todavía más vinculado a los análisis previos que a los datos concretos sólo aparecen dos caminos posibles: un eventual cambio -sin que esté demasiado definido hacia dónde ni cómo- de la mano de un triunfo del candidato demócrata, John Kerry, y una casi segura continuidad de las actuales políticas atada a una victoria republicana que le dé la reelección al actual huésped de la Casa Blanca, George Bush hijo.
Mientras funcionarios y analistas especulan sobre esas estrategias, y otros temas más cercanos -como las disputas empresarias entre Argentina y Brasil- consumen la atención de buena parte del Gobierno, los hombres del Presidente delinearon para esta semana una agenda internacional movida.
Para el jueves está agendada una visita del Presidente a La Paz, la capital de Bolivia, para que Néstor Kirchner se entreviste con su par Carlos Mesa, mientras que un día después el jefe de Estado irá a la Isla Margarita, donde se encontrará -por segunda vez en apenas una semana- con su colega venezolano Hugo Chávez, ahora flamante socio en algunos emprendimientos económicos.
El viaje a Bolivia encierra toda una definición: allí hoy habrá un plebiscito para definir el futuro de los recursos energéticos del país, mientras que el presidente Mesa aparece jaqueado por una oposición que impulsa el boicot a esa consulta popular y exige la nacionalización del gas, y una masa importante de campesinos e indígenas cuya reacción ante uno u otro resultado puede ser impredecible.
La situación institucional en el país vecino es precaria: después de los gravísimos incidentes de octubre pasado, con muertos, heridos, saqueos y un telón de fondo conformado por el plan del Presidente de ese entonces, Gonzalo Sánchez de Lozada, de exportar gas pasando por territorio chileno, las manifestaciones populares tumbaron al poder político y Mesa -en esa época vicepresidente- se hizo cargo del Ejecutivo con un respaldo prendido de alfileres.
El tema de qué hacer con el gas sigue sin resolverse, y la última semana la tensión subió cuando un grupo de campesinos cerró la válvula de un gasoducto y paralizó por unas horas la exportación de fluido a la Argentina. Si el problema se repitiera, aquí la escasez de gas se sentiría con fuerza y habrían consecuencias, especialmente para las industrias.
En Venezuela Kirchner podría tener un paso más tranquilo, ya que en la Isla Margarita se va a desarrollar una “rueda binacional de negocios” de la que participarán unos 250 empresarios ávidos de concretar acuerdos con sus pares del país caribeño.
El mes que viene el presidente Chávez enfrentará un referéndum clave para la continuidad de su gestión y en ese contexto busca apoyos políticos en todo el continente. No es un dato menor tampoco que el Presidente venezolano está llevando la campaña previa a esa consulta al terreno de la confrontación con el gobierno de Bush -al que acusa de querer derrocarlo- y no hay que pasar por alto que al jefe de Estado norteamericano y a su administración les irrita que Kirchner -como también cualquier otro mandatario latinoamericano- se muestre cercano a Chávez.
En el gran país del norte, Kerry, lanzado de lleno a hacer una buena diferencia entre los votantes hispano-parlantes, incluyó en su campaña referencias a Latinoamérica y dijo, entre otros puntos, que buscará fortalecer las relaciones con los vecinos de la región basándose en la defensa de la democracia, que revisará las negociaciones que se vienen desarrollando por el ALCA (el Area de Libre Comercio continental) y que si gana será “un Presidente que sabe dónde está América latina”.
Esa referencia fue a dar de lleno en su rival, Bush, a quien se acusa de dejar a la deriva a sus vecinos del continente. Al hecho de que no tuvo prácticamente propuestas para la región, se sumó que después de los atentados del 11 de septiembre todas las miradas confluyeron hacia Afganistán e Irak, y América latina prácticamente desapareció de la agenda.
¿Podría haber un cambio en la política norteamericana hacia América latina si cambiara el Gobierno? Para el analista y politólogo Rosendo Fraga, las propuestas de Kerry no se diferencian mucho de la línea republicana: “en materia de inmigración -señala- plantea una posición más liberal, proponiendo legalizar a los millones de indocumentados siempre que hayan vivido cierto tiempo en los Estados Unidos y tengan trabajo, y con respecto a Cuba es partidario de mantener el embargo pero está a favor de permitir que los norteamericanos visiten la isla”.
En cuanto al libre comercio Kerry “anunció una política más restrictiva”, y en lo político, dijo que “se involucrará más para evitar las crisis” en la región, como las que hubo aquí mismo (incluso nombró a la Argentina en un discurso), en Haití y en Bolivia.
Para otro analista, Ricardo Rouvier, si bien la administración Bush “directamente no tuvo una política para América latina”, tampoco es predecible qué podría ocurrir con un cambio de timón: “Kerry no garantiza que la relación entre Estados Unidos y el resto del continente vaya a mejorar”, señaló ante una consulta de NA.
También remarcó que Argentina “le debe favores a los Estados Unidos por haber encarrilado las negociaciones con el G7” (el grupo de países más industrializados) en torno a las negociaciones con el Fondo.
Allí fue clave el apoyo del Departamento del Tesoro, donde tiene buena llegada el ministro Roberto Lavagna. Claro que es impredecible saber qué podría ocurrir con un Gobierno demócrata en la Casa Blanca.
Por esa falta de interés que evidenció la administración Bush, en la mayoría de los gobiernos latinoamericanos prima un interés de que las elecciones de noviembre le den la victoria a Kerry.
Claro que aún planteando ese escenario hipotético, las dudas no se disipan: ¿Abriría más el juego a América latina el hoy candidato demócrata?.

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