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El por qué del dicho popular “más perdido que turco en la neblina‘

Por El Litoral

Miércoles, 23 de abril de 2008 a las 21:00
Por Juan Caralos Raffo

Cuenta la narrativa popular que los sirio-libaneses (mal llamados
turcos), cuando se radican por decenas de miles en nuestra Argentina,
iniciaron una intensa actividad comercial en varias provincias,
preferentemente en Santiago del Estero y Corrientes.
El comercio era, a partir de su llegada al Río de la Plata, la actividad por
excelencia de ellos, a quienes ni los más vigorosos contratiempos los
detenían en su obstinado afán de ‘vender y vender‘.
Uno de esos habituales contratiempos eran los días de ‘niebla‘, especialmente
cuando su actividad comercial las debían efectuar en zonas rurales. Cuando ello
ocurría, los llamados ‘turcos‘ abandonaban sus carros o vehículos a una costado de los magros y casi intrasitables caminos, y traspasando las tranqueras o
portones, según los casos, avanzaban en medio de la neblina rumbo a los ‘cascos‘ de las estancias o a los Almacenes de los parajes, sólamente guiados por los
ladridos de los perros o en el mejor de los casos cuando algún farol alcanzaba a superar con su pequeña luminaria lo cerrado de la cerrazón.
Nada los detenía en su afán de coronar con éxito sus transacciones, ni siquiera las intensas neblinas.
Finalmente, con la dedicación que los caracterizaba y la fuerza de sus convicciones comerciales, llegaban al lugar indicado, aunque luego de pasar vicisitudes
que el común de sus colegas criollos no la soportaban. Es más, todos los otros comerciantes esperaban hasta varios días que se disipara la niebla
y acometer con su negocio. En ese interín los ‘turcos‘ sacaban considerables ventajas, vendiendo sus mercaderías con mayor éxito y mejores ganancias.
A cambio de su éxito en la transacción, tuvieron que soportar, hasta nuestros días, ser los involuntarios creadores de la popular frase: ‘Más perdido que turco
en la neblina‘.
Andar un rato extraviado no era el mayor problema paellos. El problema era, no vender en el día la mercadería tan sólo por una densa neblina.

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