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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Jorge Sánchez Aguilar: el caraí guazú

Nació en Corrientes, en 1937. Se ha desempeñado como profesor de filosofía y psicología, de latín y dibujo. Realizó trabajos de campo en Misiones, en una comunidad mby’a guaraní. Fue coordinador del taller literario Koeyú. Su obra ha sido recogida en diversas antologías de Argentina y Latinoamérica. Algunos de sus poemarios son: Tierra sin mal (1979); Los sueños del colibrí lanza-relámpagos (1986); La isla esencial (1991); Rayo de tiniebla (1995); Diario de zorzales al borde del alba (1996); Estar en el mundo (1999); Las costumbres del colibrí bailarín (2001); En la médula de la palabra prodigiosa (antología, 2014).

Por Rodrigo Galarza

Especial para El Litoral

En 1979, Jorge Sánchez Aguilar publica “Tierra sin mal”, su primer poemario. Publicación que, además de tener la virtud de ser un extraordinario primer libro, marca un antes y después en la poesía correntina por al menos dos razones, la primera, su contenido: el mito guaraní de la Tierra sin mal cuyo significado y alcance parecían estar ocultos en los imprescindibles trabajos etnográficos de Cadogan, Melià, Clastres, etc. La segunda razón atiende al modo de abordar el tema. Su alta calidad poética sustentada por una antropología filosófica y teológica, lejos del folclorismo con que muchas veces se nos presenta lo guaranítico. Este primer hito marcado por el poeta correntino fue expandiéndose y fortaleciéndose a lo largo de cuarenta años de trabajo poético devenido “como el resultado de una alquimia encendida de ética y de sueño”, tal señaló alguna vez Francisco Madariaga. 

Las antiguas voces de los teólogos de la selva resuenan, se “revelan” en el pulso del poeta para luego urdir un tapiz de la memoria junto con otras voces nacidas de las propias experiencias vitales llamadas a crear un nuevo espacio de asombro, ya que “el ser humano está sujeto a condiciones de espacio y tiempo. Existe rodeado de cosas y seres que inundan el universo de relaciones y encuentros necesarios. Por su impregnación en el tiempo está sujeto a la fugacidad con la amenaza de la inminencia de la muerte”, propone el poeta Camozzi Barrios en el prólogo de “Estar en el mundo”, y continúa diciendo: “El hábitat del hombre (avá) guaraní es la selva. A ella nos lleva Sánchez Aguilar para conocer todas las intimidades invisibles a los otros ojos curiosos. Percibe sus sonidos vegetales, sus quejas de crecimiento y sus murmullos misteriosos. El bosque adquiere resonancias de espacio mítico. ‘Fluye del árbol la palabra’”. Así el poeta correntino construye una alta poesía, alta por su vocación de cavar en la raíces en las que el ser humano aprehende el temblor del “estar en el mundo”; y por elevación vertical que traspasa el misterio con panes de claridad. Poesía religiosa sustentada en una mitología particular que se manifiesta universal y cuyo basamento es el amor a la tierra, a la mujer y a la poesía.

La personalísima poesía de Sánchez Aguilar es el resultado de una búsqueda incesante y ardiente de lenguaje: está el Siglo de Oro español y el barroco americano, pero también el surrealismo y el creacionismo. Alguna vez, conversando con él, nos comentó que si bien había un “estilo”, “una impronta” que atravesaba toda su obra, cada libro iba descubriendo su propio continente. Esto nos llevó a pensar por ejemplo en el despliegue salmódico alternado con “palabras en constelación” de “La isla esencial”, a diferencia de “Rayo de tinieblas (quizá el más guaranítico en cuanto a lenguaje): textos breves y condensados (en diálogo con la mística española)”; pasando por los poemas en movimiento de “Las costumbres del colibrí bailarín” o la diarística sui generis de “Diarios de zorzales al borde del alba”. Queremos remarcar con esto la preocupación constante y ética con su propia palabra, el tesón necesario que alimenta el hacer de un poeta que no se da (ni ha dado concesiones) aun ante la desidia o silencio de su entorno.

Como acto de justicia, en 2014 apareció una amplia antología de su obra titulada “En la médula de la palabra prodigiosa”.

Muestrario mInimo

a Olga Piñeiro

y el Verbo se hizo agua/ 

y comenzó a fluir 

por el cedro sagrado de la lengua/ 

y se nos hizo agua la boca/ 

por eso está sin cesar 

    [húmeda de vos/Poesía

si el lenguaje no fuera 

    [una agua que fluye/ 

¿pudieran las palabras seguir 

    [siendo ríos 

    [en la boca seca?/

y el silencio?/ 

y el profundo origen del canto?/ 

y el espejo de las voces?

metafonía: el zorzal desata 

    [una cascada de agua 

    [dándole cuerpo a la 

    [nostalgia del Paraíso?

¡la palabra-alma imagen del Verbo/ 

al ser soñada y pronunciada/ 

onomatopeya de Dios! 

América vuelve a tu casa

América vuelve a tu casa

libérate de la A opresora 

    [de tu nombre

así podrás reestrenar el 

    [traje del colibrí

y volver por tu herencia: 

    [la Risa y el Rocío

vinimos a este mundo 

    [a soñar sin miedo

sabiendo que no se puede apagar

con saliva de discursos mentirosos

nuestros pechos que se 

    [consumen en hogueras

la tierra no sólo sirve

para enterrar nuestros huesos

sino antes que nada 

    [para que haya vida

y vida en abundancia

todos los días reguemos

la parcela de la aurora 

    [que nos toque

¡un gran Viento se ha levantado!

“entréme donde no supe/ 

y quedéme no sabiendo(...) 

el espíritu no dotado/ 

de un entender no entendiendo/ toda conciencia trascendiendo”

San Juan de la Cruz

                                                                    

1

y tensa la sed su tejido 

    [hasta lo indecible

el canto intenta armar la textura 

       [de la palabra inocente

urdimbre de letras que 

    [con la luz va tramando

lo visible con lo invisible

dando testimonio de que 

    [lo indecible existe

y amenaza a la boca 

    [con una flauta de fuego

2

balbuceo entre la noche y el alba

inminencia de epifanías

está allí la punta del hilo 

    [de la palabra

está allí la flor de la divina 

    [sabiduría que se abre

al Esperma de Dios

dejándome la lengua desollada 

    [y destruida

en la pura claridad del vacío inútil

3

allí se nace 

en la matriz de la tenue neblina

de la palabra- semen

“Instante en que lo inorgánico

se transforma en respirante” 

(J. Lezama Lima)

4

allí burbujean perpetuamente

los signos y las sombras

mientras el rayo silencioso 

    [de Tupán

timonea los nombres

que quedan de las cenizas: 

principio del canto

**

¡qué intensa la visión 

    [en la espiral del sueño

de las traslúcidas trenzas/ 

territorio del relámpago sin trueno/

cabelleras de palmera 

    [en mi lengua!

a contraluz perdida mirada/ 

¡haber rescatado desde tan lejos

tu condición de huésped 

    [en la casa del deseo!

soledoso oleaje cercando 

    [el mundo del origen/

¿qué incierto trópico y sus lluvias te hicieron fábula en mi vida?

**

hojas rizadas del tamaño 

    [de una constelación/

fogatas de apariciones cotidianas

    [donde busco tu forma/ 

    [y creces ardida/

vacilante entre los altos 

    [y los bajos del verano/

permaneciendo en otro umbral

allí colgó el zorzal su silbo/

música inmutable 

    [en el instante simple/

reflejando el infinito rumor de 

    [febriles premoniciones

allí el amor es lo eterno 

    [y no lo amado

**

te poseo por la palabra 

habitante en mi boca 

puerta abierta del silencio

te profiero y me poseés

con el canto salvaje 

    [de tus moradas

estoy en el centro de la hélice

que motoriza el éxtasis 

    [y la ebriedad

corazón expectante 

    [por la posibilidad 

de despertar en sueños

**

me poseo en vos 

mi cuerpo lleno de agujeros

reclama emparejar 

    [el hondo de la ausencia

borrar las huellas del sólo sueño

alisar los pliegues de la carne 

    [y de la sangre

de la sombra y de la 

    [pura extensión 

    [del pleamar de la luz

me arborizo en tu cuerpo 

hasta volver al origen 

aún arde en la madrugada 

el árbol del puro sueño

¡toda vos en él!

 

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