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/Ellitoral.com.ar/ Deportes

“Curuzú es mi lugar en el mundo”, reconoció el “Negro” Juan Gómez

El ex futbolista disfruta de su ciudad natal, luego de haber sido campeón de la primera Copa Libertadores obtenida por River Plate, pasar por la Real Sociedad, ser tentado por la Juventus y el Milán, para terminar retirándose en el Atlético de Madrid por una rebelde lesión. 

En una nota realizada por el diario Clarín, el curuzucuateño Juan Andrés Gómez (49), que tocó el cielo con las manos cuando fue campeón de la Copa Libertadores de América de 1996 con River Plate, reconoce sin embargo que su mejor momento futbolístico pasó en España, cuando jugaba para la Real Sociedad, de la que fue el primer capitán extranjero.

Para el “Negro”, como se lo conocía futbolísticamente, pero también como le dicen en su pueblo natal, San Sebastián “es un paraíso”, pero Curuzú Cuatiá “es mi lugar en el mundo”, reconoce el ex futbolista.

“Curuzú es mi lugar en el mundo. Yo salí a los 17 años del pueblo y siempre supe que regresaría. No sabía cuándo, pero sí que iba a volver. Dos cosas tenía en claro: que iba a jugar al fútbol en Primera y que volvería. Logré ambas. Y hoy puedo elegir vivir acá, con una paz que no encuentro en ningún otro lugar en el mundo”, señaló en la entrevista publicada por el diario porteño.

Gómez dijo que cuando jugaba en el equipo vasco, “en esa época me fueron a buscar Juventus y Milán”, pero “yo estaba cómodo en Real Sociedad y me quedé”.

“Recién me fui a Atlético de Madrid cuando el entrenador Javier Clemente me dijo que no me iba a tener en cuenta. Pagaron 8 millones de euros por mí. Jugué un año, me lesioné y estuve 24 meses dando vueltas. Sufrí mucho. Rompí el contrato, me retiré y me volví a Curuzú”, contó.

“En julio del 2003, en el inicio de la pretemporada, le dije al entrenador Gregorio Manzano que me retiraba. Me quisieron convencer pero no quería saber más nada (…) extrañaba mucho el pueblo”, agregó.

Instalado en Curuzú, comenta que “acá todos los veranos, desde hace más de 50 años, se juega el campeonato de los barrios. Mi sueño siempre fue ganar el torneo con mis amigos, con mi barrio. Lo logré a medias, porque lo gané hace un par de años, cuando me invitaron a jugar con el equipo que habitualmente lo gana. Con mi grupo hemos llegado hasta la final, pero nos quedábamos ahí”.

“No tengo problemas con nadie, he jugado en todos los clubes de Curuzú. De hecho me retiré oficialmente jugando para Belgrano”, recuerda. 

Los trofeos más preciados que guarda Gómez son una réplica de la Copa Libertadores obtenida con River, un botín de plata al mejor jugador de Real Sociedad en la temporada 1998-1999 y un premio Chamigo de un River-Boca del 26 de noviembre de 1995. 

“Ese Chamigo es espectacular. Me lo dieron en un Superclásico en el que jugaron Maradona y Francescoli. Fue el primer clásico de Diego en su vuelta a Boca, un 0-0 en cancha de River. Jugaron además Caniggia, Ortega, Gallardo, Almeyda, Manteca Martínez, Kily González... ¡Y me pusieron de figura a mí! ¡Esa no me la iguala nadie en los asados con los amigos del pueblo!”, manifestó con orgullo.

Los inicios de Juan Andrés en el fútbol fueron difíciles. Una prueba a la que no llegó a tiempo en Atlanta, a fichar para la Sexta división de River Plate luego de pasar cuatro pruebas, y tener que dejar a los 5 meses para trabajar en una imprenta porque la mano no venía bien económicamente y “tenía que trabajar porque de lo contrario no comía: no me quedaba otra”.   

No obstante, siguió probándose, y cada vez que lo hacía era seleccionado. “Después quedé en Argentinos: me fichó José Pekerman. Me pasó lo mismo: jugué un par de partidos y me cansé. En diciembre de 1990 fui a buscar el pase y estaba Pekerman. ‘Vos no te vas a ningún lado; vos te quedás que vas a jugar en Primera’, me tiró José. Hice la pretemporada con la Cuarta en ese enero de 1991 y en octubre debuté en Primera”.

Del debut se acuerda como si fuera ayer. “Fue el 6 de octubre de 1991 contra Quilmes en cancha de Ferro. Ganamos 1-0 con gol del ‘Pipa’ Gancedo y me expulsaron. Lloré todo el partido: desde que empezó hasta que terminó. Siempre les digo a mis hijos que menos mal que no había tantas cámaras en esa época. Cuando terminó el partido, me bañé y me dije que ya estaba realizado. Me podía volver tranquilo a Curuzú porque había cumplido mi palabra: muchos me decían que estaba loco, que no iba a lograr debutar en Primera. Todo lo que vino después fue un regalo de la vida”.

Gómez jugó sin embargo cuatro temporadas con el “Bicho” en Primera, hasta que lo compró River, cuando llegaban al club de La Paternal ofertas de los más grandes clubes del país por él. 

“Llegar a River fue emocionante. Enzo Francescoli venía de ganar la Copa América con Uruguay, estaba en su mejor momento. Un equipazo. Soy el único que jugó todos los partidos de la Libertadores del 96”, manifestó.

De esa temporada, Gómez señaló que “teníamos un equipazo y de local éramos invencibles. La Copa la ganamos la noche que perdimos 2-1 con (Sporting) Cristal en Perú. Nos bailaron. Tendríamos que haber perdido por 4 o 5 goles. Llegamos al vestuario y todos pensamos lo mismo: si no nos mataron acá, somos campeones”. 

De ese River, a Gómez lo impactaron tres futbolistas. “Enzo era el referente, el espejo a seguir, un ser humano ejemplar. He conocido pocas personas como él. En ese grupo todos eran bárbaros y al día de hoy nos hablamos. Después, en lo futbolístico, el que más me sorprendió fue Crespo. Era un goleador terrible: no erraba una. También tenía una mentalidad ganadora, se llevaba el mundo por delante. Y Ariel Ortega era imparable”.

Luego pasó al fútbol español. “Tenía ofertas de Real Sociedad y Oviedo y me decidí por la Real. Los primeros meses me costaron y luego me consolidé y hasta fui capitán. Mis mejores años pasaron en San Sebastián y por eso a tres de mis hijos les puse nombres vascos: Andoni, Iñaki y Maite.

Lo que parece inexplicable es que siendo tan buen jugador, nunca fue convocado para jugar por la celeste y blanca. “Siempre fui de perfil bajo y creo que por eso nunca jugué en la Selección. Si hubiese hablado más...” señaló en la nota realizada por Clarín.

En la actualidad, Gómez trabaja como intermediario entre jugadores y clubes con los que forjó relación durante su carrera profesional. “Viajo tres o cuatro veces por año a Europa; es una actividad que me gusta mucho”, aseguró. 

También incursionó en política, donde fue candidato a concejal, pero no le gustó la experiencia. “En la política los códigos son muy distintos a los del fútbol”, explicó Gómez, quien vive aprovechando la paz que le permite su pueblo.

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