Ella de 84 y él de 88: la emocionante historia de amor de Alejandrina y Rolando sellada con una boda

La ciudad correntina de Bella Vista se convirtió ayer en testigo de la esperada boda entre Alejandrina y Rolando, una especial pareja que decidió ponerle fecha y anillos a su historia de amor y guardar el más lindo de sus recuerdos.

Casados por el cura Gregorio Valenzuela, el acto de amor fue transmitido en vivo por redes sociales y el canal de televisión local.

Alejandrina Insaurralde es una mujer bellísima de 84 años y tiene seis hijos. Rolando Pintos carga con 88 y es padre de cuatro; los años supieron pasar por su rostro sin apenas dejarle huellas. 

La pareja se conoció años atrás cuando ambos formaban parte de un grupo de la Iglesia. Entonces, ella ya era viuda y él enviudó tiempo después. 

Durante los años que siguieron sólo mantenían charlas ocasionales, hasta que un día, una invitación espontánea a tomar mates fue el evento que marcó el primer paso a un amor que ayer fue sellado ante la Iglesia. 

Ese día Alejandrina se encontraba junto a su hija Mary, quien sin saberlo se convirtió en su gran Celestina. El encuentro se repitió incontables veces hasta consolidarse como compañeros de vida.

Finalmente, llegó el día más esperado. En palabras veloces y ante la mirada anhelante del incipiente matrimonio, el cura Gregorio expresó durante los primeros minutos de la ceremonia que casarlos "es un privilegio". 

"Para mí es muy maravilloso. Cuando Nina y don Pintos se empezaron a encontrar, a venir a la misa y hablar conmigo el amor se notó desde el primer momento en sus ojos y en cómo ellos se venían preparando", soltó.

Con una asombrosa calma y sincronizados en un mismo suspiro, Nina y don Pintos se prometieron cuidado, respeto y amor. Envueltos en un recital de aplausos, se tomaron de la mano como si eso les diera vida. Aquella afirmación abrió un capítulo nuevo y un camino.

"Pasaron su noche de boda en Río Arriba, de nuevo hoy nos encontramos en el Club Unión para reunirnos las dos familias", contó Mary en diálogo con ellitoral.com.ar

"Ellos están muy felices y contentos, disfrutaron la noche y han bailado tanto. Bailaron el vals, chamamé, fue una noche mágica. Fue una emoción ver casarse a mamá y el reencuentro de toda la familia después de tanto tiempo", sostuvo.