El asaltante nos trae voces vivas de la poesía argentina. Cada poeta nos acerca, además de poemas, su visión de la poesía.
Poética
Si tengo que definir a la poesía, diría que es un trampolín hacia un fondo sin agua, donde el choque no se produce con el suelo sino con el agujero que está por debajo, la poesía es el trance entre ese fondo y ese cielo subterráneo donde cada palabra es un puente hacia una nueva profundidad de las cosas, de los seres; las palabras se imponen para decir aquello que no se ve pero que todos están mirando sin advertirlo. En este sentido, en alguna entrevista he aventurado una posible definición: la poesía sería un hermoso misterio que nos antecede y nos sobrevive. Y he dicho, también, volviendo al “trance poético”, que quizás algo similar a lo que experimenta el cóndor en el aire también se manifieste en quienes escribimos poesía; la sensación de flotar en el vacío y no temer, entregarse al abismo y no caer, porque la poesía nos sostiene. Así, la poesía sería algo así como un vuelo en tierra firme, entre palabras que nunca sabremos si llegan a ser materia.
Podría seguir arriesgando definiciones, pero probablemente redundaría en una retórica vacía, casi incongruente, que podría convencer pero dejaría de ser genuina, porque no sé lo que es la poesía. Creo que los poemas son los que mejor respondan a esta pregunta. En mi caso, especialmente uno que transcribo a continuación del que se desprendería, quizás, otra posible definición:
Acto de magia
Con agua hirviendo mojo mis cuadernos
y de las letras salen vapores de palabras.
Hago magia con un sombrero
le digo al oído que estoy enamorada
y de las plumas de su paloma dormida
brotan los primeros amores
y todo el público sonríe recordando.
Hago magia con una fotografía
aprieto las manos de dos viejas amigas
y salen del marco
incoloras
abrazándome
cara a cara
sin aquello que nos separó
que todavía duele
y no tiene remedio.
De eso se trata la magia
volver atrás
sin retroceder
tomar el pasado con las manos
y cambiarle la voz
hasta hacerlo desaparecer.
Ahora
hago magia
con todas las cosas de la casa
y lo que estaba quieto
comienza su transición.
Se mueven las hojas
afuera
y adentro
todo se mueve.
Las heridas
se evaporan en el cuerpo
y cambian de lugar
en los objetos.
El efecto es rotundo
y ya no es magia
es poesía.
María Casiraghi
Muestrario mínimo
De Mercado de Pulgas (Nudista, 2025)
Ciclo
Los árboles se miran
con miedo a dar flores a deshora
los que quieren estar volando
caminan
los que vuelan quieren arrastrarse
la hora que sigue es la perfecta
la que nunca llega
no existe el tiempo en el cadáver
sin embargo
al morir
brota una esperanza
se limpia el aire
la humedad se seca
y el año que iba a llegar
se hace un bollito en el cesto
y lo que era basura
florece en tu pensamiento.
Sobre las heridas
No hay de qué compadecerse
las heridas son de luz o no son.
Arte y naturaleza
Un pincel
una lupa para ensanchar la creación
una moneda para echar al aire
y dados
para dejarlos caer en el número seis
una memoria esquiva
y un sueño radiante
donde estabas
cuando te dijeron
serás artista
y reíste, desenfrenada,
frente al altar de la crítica
sólo llevabas con vos
una certeza
el sol en tu cara
el horizonte en tu pasado
y el arte
como el barro del río
cavándote.
Ilusión óptica
¿Cabe un minuto dentro de una gota
y una sola primavera en cinco inviernos?
¿Cabe un sueño enorme dentro de un feto
o una mañana entera en una niña que se volvió mujer?
Claro que cabe
todo entra y sale
por un mismo sitio
de memoria llega y de memoria se va
el arcoíris humano.
Que no sea cayendo
Si me dan a elegir
prefiero el agua
el firmamento que se va en los ríos
la vía láctea que mece las olas del mar
no este precipicio
la tierra
es un final sin perspectiva.
De chica
cuando miraba mutar las especies
en los laboratorios escolares
me imaginaba nacer de grande
después de ver al viento copular con el árbol.
Si me voy
que sea cambiando de estado.
Elijo entrar en ese frasco
y que las niñas escriban
en su cuaderno de clase:
una mujer que era líquida se ha vuelto sólida.
Limonero
Hay que ser valiente
para dar hijos amarillos.
Diccionario
La utopía no es esperanza
las palabras a veces se parecen
el diccionario las disfraza
de sinónimos y antónimos
significados,
significantes.
Pero la brasa no es la llama
ni la llama el amor
tu memoria no es la mía
ni pasado es atrás
blanco no es puro
y el río es sólo río
no es deseo de ir hacia adelante
la luz no es sol
ni la siesta abandono
la amistad no es juntas
juntas no es cierto
soledad
sí
soledad es verdad.
Paréntesis
Las pausas
son pretensiones
nadie conoce el último rincón de su casa:
en el cajón hay una carta
una mujer ha perdido su amazona
un caballo está muriendo sin que nadie se anime a matarlo.
Vos también
sos una pausa
alardeando
de ser muda
y ser muda
sólo te llevará al escenario.
Buenos y malos
Hoy quiero que me cuenten un cuento
donde los buenos deseen el mal.
Sincerate
No le vas a agradar a todos
todos son demasiados
no le vas a agradar a nadie
cuando confieses
que vos
eras el grillo
eras la araña
y eras la desenterrada.
Sin ayuda te amputaste los brazos
y dejaste que el tejido se rompiera en manos del público
qué risa esa palabra
público
esta contradicción
entre tu triste privacidad
que no le importa a nadie
y tu triste publicidad
que no le importa a nadie.
La sentencia es la misma
el juez no está
la jueza
ahorcada.
Eso es lo bueno de ser libre
decir
ésta es mi cara
y ésta es mi máscara
y que ni vos sepas cuál es cual.