La situación en San Luis del Palmar continúa siendo crítica a raíz de las intensas lluvias y la crecida sostenida del Riachuelo, que mantiene en alerta a vecinos y autoridades. Según los últimos datos oficiales proporcionados a El Litoral, este viernes 66 familias fueron evacuadas en los nueve refugios habilitados, cuando el martes eran 48 y hace un día 52, lo que refleja el rápido agravamiento del escenario.
Cuáles son los nueve refugios
Las familias evacuadas se encuentran distribuidas en nueve centros habilitados: el Polideportivo Municipal, el Salón de Usos Múltiples, el Polideportivo San Miguel, las capillas Cruz de los Milagros, Inmaculada, Virgen del Rosario, Virgen de Itatí y San Pantaleón, además del Centro Cultural.
En diálogo con El Litoral, Luis Dalmacio precisó: “Hasta ahora han sido evacuadas 250, pero hay muchas autoevacuadas que fueron a casas de familias conocidas. Más de 300 sería con todas ellas. En este momento están saliendo desde el Mbaya Soto a traer otras familias”, lo que da cuenta de la magnitud del impacto social del fenómeno climático.
Las lluvias registradas en los últimos días fueron excepcionales. En apenas cuatro jornadas se acumularon más de 300 milímetros, con 213 mm el domingo, 100 mm el lunes y más de 86 mm este jueves, situación que saturó suelos, desbordó lagunas y aceleró la crecida del Riachuelo.
De acuerdo a los datos pluvio-hidrométricos informados por Bomberos Voluntarios de San Luis del Palmar, este viernes a las 18, el Riachuelo alcanzó una altura de 4,38 metros y continúa en aumento. En tanto, el registro de agua caída en la zona urbana hasta el mediodía fue de 5 mm, aunque el impacto acumulado sigue siendo importante.
Monitoreo de la situación
Durante la jornada, el ministro de Obras Públicas de la provincia, Jorge Meza, recorrió la localidad y se interiorizó sobre la compleja situación que atraviesa San Luis del Palmar, mientras continúan las tareas de asistencia, evacuación y prevención en los sectores más comprometidos.
La crecida del Riachuelo sigue afectando distintos puntos del ejido urbano y rural, generando preocupación entre los vecinos y complicando las labores de contención, mientras se aguarda una mejora en las condiciones climáticas que permita aliviar el escenario.