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/Ellitoral.com.ar/ Policiales

Caso Ramoncito: el crimen satánico que desde Mercedes horrorizó a todo el país

El 6 de octubre de 2006 Ramón Ignacio González salió de su casa para ir a la escuela, sin embargo nunca llegó y para peor, apareció muerto. La investigación terminó descubriendo uno de los más atroces asesinatos de los que se tenga memoria en la historia argentina. 

Cuando amaneció aquel domingo 8 de octubre de 2006 la comunidad de Mercedes esperaba que sea una apacible jornada. Sin embargo con los primeros rayos del sol todo cambiaría para siempre.

El epicentro del shock fue un terreno baldío al costado de las viejas vías del tren a pocos metros de la estación. Allí, entre la maleza, yacía sin vida el cuerpo de un niño que no sólo había sido asesinado, sino que lo habían masacrado de una forma tan espeluznante que el hecho no tardó en ser noticia nacional. 

La investigación judicial terminaría por desarticular a la secta criminal que cometió el crimen, descubriendo escabrosos detalles que incluyeron drogas, torturas y ritos satánicos. A pesar de que pasaron 13 años, la crueldad con la que se manejaron sigue siendo eje de comentarios.

LA VÍCTIMA

Ramón Ignacio González era un niño de 12 años que vivía junto con su mamá y su hermanito en una humilde barriada de Mercedes. Era como cualquier otro chico de su edad, iba a la escuela y se ganaba unas monedas vendiendo estampitas en la terminal de la ciudad para poder disfrutar de una de sus pasiones, navegar por Internet y jugar en los cybers.

Pero su vida comenzó a cambiar cuando fue captado por un grupo de personas que estaban conformando una secta criminal. Sin saberlo esos lazos lo acercarían a la muerte.

Es mucho lo que se comenta sobre cómo era la vinculación de miembros de esa secta con Ramoncito. Algunos relatos aseguran que lo llevaban al cementerio para hacerlo participar de profanaciones de tumbas, mientras que otros indicaban que lo instigaban a vender drogas y a cometer varios delitos. Hasta se estima que ejercían violencia contra él.

Al mediodía del viernes 6 de octubre de 2006 el niño salió de su casa para irse a la escuela, sin embargo nunca llegó a destino. Como era habitual que vuelva tarde, su ausencia no extrañó a su madre, Norma González.

Pero cuando el sábado en la mañana seguían sin tener novedades de Ramoncito, sus familiares se acercaron a una comisaría para denunciar la desaparición. Según acusaron entonces y sostienen hasta hoy, la Policía en ningún momento buscó al niño.

Durante ese fin de semana su mamá investigaba como podía junto con algunos familiares, pero sin suerte. El domingo 8 iban a llegar las malas noticias.

Cuando los primeros rayos del sol iluminaron a la ciudad, un grupo de vecinos se sorprendieron por el incesante ladrido de perros por lo que se acercaron para ahuyentarlos. Pero no sólo verían animales callejeros sino que se toparon con una macabra escena: el cuerpo de un niño estaba tirado entre los matorrales a lado de las antiguas vías del ferrocarril y a pocos metros un cráneo completamente escalpado.

Por las características, el suceso no tardó en llegar a oídos de muchas personas que se acercaron hasta allí y encontraron que el cadáver estaba también rodeado de muchos útiles escolares. Norma González supo del tumulto y se acercó para también ser testigo.

El cuerpo estaba irreconocible, la mujer no pudo identificar certeramente que se trataba de Ramoncito sin embargo no dudó que era él. Lo habían matado de una forma que escandalizó a la provincia y llamó la atención de todos los medios del país.

LA MACABRA NOCHE

Ramoncito había sido captado tiempo antes por la secta criminal, era uno de tantos chicos con los que éstos tenían fluido contacto. Aprovechándose de las necesidades y situación de extrema vulnerabilidad de los menores, los sometían psicológicamente.

Según se supo luego la banda estaba integrada por al menos diez personas, todas tenían su rol y participaban de los diferentes hechos que perpetraban. Martina Ventura y Ana María Sánchez eran las líderes, las encargadas de tratar con los niños reclutados.

En la siesta del 6 de octubre llevaron a Ramoncito a una antigua y espaciosa casa ubicada en la esquina de las calles Sauce y Aromito de Mercedes que era alquilada por Omar Aranda, conocido curandero. Entre la noche del 7 y la madrugada del 8, asesinaron al niño luego de someterlo a vejámenes, incluso con él ya muerto.

Se constató que, en distintas instancias, participaron del crimen los ya mencionados Ventura, Ana María Sánchez y Aranda y Esteban Iván Escalante, Daniel Alegre, Jorge Carlos Alegre, Carlos Beguiristain, Claudio Nicolás González, Patricia López y Fermín Sánchez. Pero no se trató de un crimen normal, ya que fue un rito satánico en el que se ofreció una víctima a deidades de diferentes cultos como kimbanda, vudú y otras prácticas.

En aquellas horas Ramón Ignacio González fue golpeado en reiteradas oportunidades, incluso lo torturaron de diversas formas como quemarlo con cigarrillos y hacerle cortes con cuchillos. Al menos dos personas lo violaron antes de empalarlo. 

Se comprobó que Ventura y Ana María Sánchez planificaron el homicidio y torturaron al niño, Aranda prestó su casa sabiendo lo que iba a ocurrir y participó del plan. Fermín Sánchez, pai kimbanda y Daniel Alegre fueron dos de las personas que violaron al niño, mientras que Patricia López, enfermera, le suministraba drogas a la víctima para que pudiera soportar el proceso. 

Daniel Alegre lo terminaría ultimando y degollando, Carlos Beguiristáin escalpó prolijamente la cabeza. Jorge Alegre, Esteban Iván Escalante y Claudio Nicolás González colaboraron con las torturas y en trasladar el cadáver en un Fiat Regatta hasta la zona en la que apareció. La disposición de las partes del cuerpo y las pertenencias del niño también formaron parte del rito.

JUSTICIA

Fue tan conmocionante el asesinato de Ramoncito que las primeras marchas pidiendo el esclarecimiento fueron multitudinarias. Sin embargo aquella efervescencia fue mutando en indiferencia muy pronto y para los juicios ya eran muy pocas las personas que se acercaron.

La causa fue llevada adelante con muchísimos problemas y demoras en los estudios que complicaron la resolución, pero pudo avanzar gracias al testimonio clave de una niña de 14 años que era una de las reclutadas por la secta. Con una fuerte protección policial contó lo que pasó con lujo de detalles.

Ramonita, como fue conocida, dio todos los nombres de los participantes del crimen de Ramoncito, que era su amigo, incluso mencionó a muchas otras personas que tenían algún tipo de vinculación con los asesinos. Ella fue obligada a presenciar todo el proceso. 

Pero los testimonios de Ramonita, como el de Clarita, otra testigo protegida, no se limitaron a hablar del violento episodio, fueron más allá y contaron una profunda trama criminal que se desarrollaba en diferentes puntos de Mercedes, que incluía narcotráfico y prostitución infantil.

Las versiones diversas que se arremolinaron en torno al caso dieron cuenta de una supuesta autoría intelectual a cargo de personalidades de ámbitos insospechados, y con amplia capacidad de maniobra en la comunidad.

El primer juicio concluyó el 29 de marzo de 2011, fueroncondenados a prisión perpetuaMartina Ventura, Esteban Iván Escalante, Jorge Carlos Alegre, Carlos Beguiristain, Claudio Nicolás González, Omar Aranda, Ana María Sánchez. Patricia López y Fermín Sánchez fueron absueltos, pero el fallo fue revertido en Casación ytambién recibieron perpetua.

Daniel Alegre estuvo prófugo de la Justicia desde 2007, pero lo encontraron en mayo de 2011 con una identidad falsa siendo inspector de tránsito en la localidad cordobesa de Unquillo. Fue el décimo condenado a prisión perpetuaen julio de 2015.

Patricia López cuando fue absuelta abandonó la provincia y también estuvo prófuga. Durante 8 años eludió a la Justicia hasta quefue encontrada en Buenos Airesel 25 de septiembre último, para luego ser trasladada a Mercedes para comenzar a cumplir con su condena.

Por las particularidades de ser un crimen ritual, la investigación contó con la participación de un equipo antropológico estudioso en la materia. Ellos fueron muy útiles para poder contextualizar lo realizado y entender todo lo que rodeaba a las acciones de los asesinos.

La hermana Martha Pelloni participó activamente de los reclamos de Justicia como referente de la Red Infancia Robada. Todavía se queja de que no se haya avanzado en la investigación de las versiones que involucrarían a personalidades que aparecían nombrados en los expedientes.

El juez de instrucción que dio los primeros pasos en la causa fue Pablo Fleitas, quien por agredir a un fotógrafo en 2009 fue destituido de su cargo. En su momento aseguró que era inocente y que la causa fue armada y financiada por empresarios por su trabajo en la causa Ramoncito.

MORIR MÁS VECES

Se sabe que Ramoncito murió entre el 7 y el 8 de octubre de 2006. Sin embargo a partir de esos días al niño lo mataron muchas más veces de la mano del despiadado tratamiento mediático que recibió su crimen.

Las fotografías de su cuerpo, sus heridas y especialmente las de su cráneo escalpado fueron exhibidas hasta el hartazgo por los medios de comunicación de una forma que fue severamente cuestionada.

Se difundieron y realizaron comentarios de todo tipo sobre las torturas a las que fue sometido, revelando aspectos de la vida íntima del menor. No faltaron los testimonios que apuntaron contra su madre, que fue puesta en tela de juicio en varias oportunidades.

También se hizo poco por resguardar la identidad protegida de las menores de edad que daban su testimonio bajo protección judicial. Se publicaron sus nombres completos y hasta fotos de sus caras.

Si bien se desarticuló esa banda, no fue el único caso de delitos que se cometieron en Corrientes bajo la excusa de ritos de diferentes religiones, registrándose otros hechos en los años siguientes.

 

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