Por José Luis Zampa
Reconocido por todos es el talento del “Flaco” Juan María Traverso, ya convertido en leyenda por haber sido el piloto argentino con más títulos en el automovilismo nacional, pero así como se la han rendido múltiples homenajes que mantienen vivo su recuerdo, también sigue flotando una pregunta que todos los aficionados alguna vez se hicieron: ¿Por qué el maestro de Ramallo no llegó a correr en Fórmula 1?
Solamente los más conocedores saben de esta historia pocas veces contada, al punto que para muchos lectores puede ser una verdadera sorpresa el dato de que Traverso estuvo a punto de entrar a la máxima categoría mundial y que para hacerlo tuvo un contrato firmado por Brabham, la escudería inglesa por la que había pasado Carlos Reutemann y que a fines de los años 70 seguía siendo propiedad del futuro mandamás de la máxima, Bernie Ecclestone.
Ecclestone, quien hasta 1976 había sido el patrón de Reutemann, vio que Traverso tenía pasta y decidió convocarlo para que se sumara a la Fórmula 1 a partir de 1980. El de Ramallo pudo mostrarse en escenarios europeos durante 1979, cuando incursionó en la Fórmula 2 (antesala de la categoría mayor) y demostró sus condiciones a pesar de no haber obtenido buenos resultados.
Juan María fue a Europa siendo ya, por entonces, dos veces campeón de Turismo Carretera. Dado que logró ambas coronas con Ford, la marca del óvalo lo promovió para que fuera a correr en monoplazas a fin de darle una chance de introducirse en el automovilismo internacional. Ya en ese momento Ecclestone hizo gestiones para que la escudería March pusiera a disposición del “Flaco” un chasis 792 con motor Hart (marca que preparaba motores Ford).
Con ese medio mecánico Traverso disputó 11 carreras en distintos circuitos europeos, pero con serios inconvenientes que pasaban por el bajo rendimiento del auto y también -en alguna medida- por su escasa experiencia en el viejo continente. Así, su mejor resultado fue un cuarto puesto en el circuito de Misano (Italia), pero fue suficiente para que Ecclestone le ofreciera formalmente una butaca en la escudería Brabham (donde en ese momento se hallaban Niki Lauda y Nelson Piquet).
El propio Traverso, en declaraciones a Infobae, contó que su entusiasmo se topó con la crisis económica que complicaba a los productores primarios de la Argentina en aquellos años. “Decidí venir a la Argentina por unos días y me encuentro con mi papá en problemas con el campo. Cuando me dí cuenta de que la cosa venía mal decidí quedarme a ayudarlo para salir adelante juntos y le avisé a Ecclestone”, rememoró Traverso.
Bernie escuchó los argumentos del piloto argentino (que en ese momento tenía 28 años) y comprendió sus prioridades. Pero no deshizo el acuerdo, sino que lo mantuvo en suspenso. “Me dijo que no había problema y que si yo iba al año siguiente (para 1981) el contrato seguía disponible. Pero la realidad fue otra. Mi viejo me necesitaba y juntos trabajamos para recuperar la empresa familiar. Cuando pudimos salir del pozo, habían pasado seis años”, relató Traverso, quien de esa forma dejó escapar una oportunidad única.
Juan María nunca se arrepintió. El cariño por su padre y su familia lo hicieron volver para poner el hombro y, también, para convertirse en el piloto más admirado de las pistas argentinas, donde ganó todo y con todas las marcas. Felicitaciones para él, donde sea que esté.