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“En Corrientes necesitamos un instituto para niñez y adolescencia específico en salud mental”

Galvez actualmente se desempeña como prosecretaria en el Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N° 5 de Corrientes. Destacó la necesidad de ser conscientes como padres de qué se publica en redes para construir la huella digital de las infancias. 

Por El Litoral

Sabado, 31 de agosto de 2024 a las 22:25

Por Eduardo Ledesma

Versión gráfica: Belén Da Costa

María Agustina Galvez Diaz Colodrero actualmente se desempeña como prosecretaria en el Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N° 5 de Corrientes. Junto a un grupo de profesionales integra una mesa de trabajo que busca abordar con los colegios e instituciones educativas, la protección de los niños, niñas y adolescentes en internet. 

En esta entrevista de Eduardo Ledesma Pregunta, hablamos sobre la protección de niños y niñas en la era digital, la actuación del sector público y privado, los riesgos que enfrentan las infancias en la era digital y cómo pueden abordarse. 

Mirá el episodio completo


Agustina, hay un trabajo que estaban haciendo ustedes y vos particularmente, sobre la protección de nuestros niños en la era digital. Entonces, a partir de esa ponencia, surgen inquietudes. ¿Cuáles son esos riesgos? ¿Qué les llevó a ustedes a hacer ese trabajo?

Este trabajo surge por un hecho que sucedió en el Colegio Informático en el cual había un grupo de WhatsApp donde iban agregando a adolescentes y una vez que los chicos ingresaban al grupo, se encontraban con fotos y videos con contenido de índole sexual, de pedofilia. Por lo tanto, las autoridades del Informático tuvieron que tomar medidas junto a los padres porque había muchísimos chicos que se involucraron. 
Ya veníamos trabajando con la Susti del Gobierno para realizar una charla interpoderes y poder exponer estos temas porque hoy la tecnología está dando pasos muy avanzados en lo que son las niñeces y hay cuidados que tienen que tener los padres ya que somos en definitiva los adultos responsables los que estamos exponiendo a los niños a la tecnología y por ahí no llegamos a medir el alcance que estamos dando en la vida y en la intimidad de nuestros hijos, pues ellos no eligen estar expuestos a las redes sociales. 
Si uno se pone a pensar, por ejemplo, una mamá empieza a publicar y se empieza a generar esa identidad digital del niño o de la niña cuando ellos no eligen exponerse. Entonces, ¿hasta cuándo y hasta dónde tenemos derechos, nosotros como papás, de publicar fotos y estar formando una identidad digital con la que quizás el día de mañana ellos se vean afectados?
Después nos sucedió otro caso en el cual el doctor Frutos tuvo que actuar de urgencia a través de una medida cautelar. Fue un hecho en el cual una persona mayor de edad difunde a través de las redes sociales un video donde en el fondo se encontraban dos niñas menores de edad. Vos veías el video y te dabas cuenta que eran menores de edad en una fiesta pública. La niña se sintió afectada anímica y psicológicamente. Entonces, el juez ordenó como medida cautelar protectoria de niños, niñas y adolescentes, dictar la orden de solicitar a TikTok la baja del video y la preservación del video para que si el progenitor de la niña el día de mañana decide iniciar daños y perjuicios tenga esa prueba. También se trabajó con el colegio porque a ella la tenían identificada, nombre y apellido y dónde vivía. De ahí surge el miedo de esta nena con respecto a sus datos. 
Fueron hechos que sucedieron y revolucionaron y van a seguir pasando porque la tecnología está avanzando a pasos agigantados.

¿Qué rol tienen que jugar las instituciones educativas y las empresas tecnológicas en la protección de los derechos de los niños en un entorno digital? ¿Qué tienen que hacer los padres en ese sentido?

Es muy complejo todo el asunto porque es como un cúmulo de cosas. De decir “me encanta esta foto” pero es algo subjetivo mío. Por ejemplo, mi hija mayor tiene 8 años y te soy sincera: nunca le pregunté ¿puedo subir otra foto juntas? Y ella hoy ya tiene edad para decidir en ese sentido. 
En ese caso, yo también estoy exponiendo a mis hijos y no sé el día de mañana el alcance de la imagen y la identidad digital que ya se formó de ellos. La identidad digital entonces se va formando a través de las fotos que publicamos, por los comentarios que nos hacen en nuestras fotos, ya sean buenos o malos, positivos o negativos. Entonces el día de mañana quizás a una persona está en todo su derecho de no gustarle una foto que yo subí a mi hija ¿y por qué mi hija el día de mañana tiene que aguantar un comentario negativo de algo que yo subí y ella no eligió?
La tecnología es muy buena pero van a empezar a existir situaciones que deben ser reguladas. Es momento de tomar conciencia y empezar a poner un parate los adultos porque no son los niños los que están publicando sus fotos, somos los adultos los que estamos publicando los que estamos invirtiendo en esa imagen digital de ellos. 

Hasta acá el rol de los padres. ¿Y en cuanto a las instituciones educativas decís que tienen que abrir sus puertas para capacitarse en estas cuestiones y educar a los chicos para decirle no a sus padres?

Si totalmente. Por ejemplo, las instituciones hoy en día, cuando inscribís al niño o la niña en el colegio, te hacen firmar un consentimiento de publicación de fotos en las redes sociales de la institución escolar. 

Entonces la institución a veces pasa a ser parte del problema.

Claro, estamos publicando fotos de niños que se continúan formando. Es necesaria la intervención en los colegios para conversar de estos temas y estar más presentes. Ellos creen que son los capos del mundo con la tecnología y quizás no miden los riesgos y el alcance de la tecnología. Sí, desde algunas instituciones nos han pedido esta mesa de trabajo y va a seguir replicándose en los colegios y va a ser con docentes y tutores invitados para que ellos también empiecen a tomar conciencia de qué es esto.

¿Qué pasa con las empresas tecnológicas?

Si nos ponemos a pensar, vos para crearte una cuenta en una red social llámese Instagram, TikTok o Facebook te piden tener 13 o 14 años, porque se entiende que a esa edad los niños empiezan a tener una capacidad que les permite comprender algunos hechos. ¿Por qué entonces los padres publicamos fotos de nuestros niños desde la panza si la propia red social te está diciendo que no?
Yo creo que las redes sociales en parte preservan, también queda la responsabilidad de quienes ingresan a esa red social de cuánto es el margen y el alcance de publicación. 

¿Para quién están haciendo estas capacitaciones? 

Este primer trabajo surgió del caso del Colegio Informático. La idea es juntarnos nuevamente a esta mesa de trabajo con los actores tanto del Colegio Informático y también a otros colegios si se quieren sumar. Seguramente la problemática es más general, pasa que se conoció esa. Esto es más común de lo que pensamos.

Entonces, si un docente o directivo de Corrientes quisiera participar puede hacerlo. 

Sí, pueden plantearlo a través de la Susti, que es el ente que coordina toda esta mesa de trabajo. La idea es ir a replicar, ir a tomar contacto directo con estos chicos, pero también a nosotros lo que nos importa es tomar contacto directo con los papás, con los docentes, con las autoridades. Hoy, la mayoría de los colegios tienen redes sociales. De hecho, se utiliza la foto de los chicos como curiosidad de mostrar el marketing de la institución escolar, pero están promocionando a los niños.

¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta tu prosecretaría y el Juzgado de Familia? 

Yo creo que hay un gran pendiente en lo que es la salud mental. En personas de mayor edad, pero más aún en niñeces. Cuando suceden casos en el cual se encuentra afectada la salud mental de los chicos, vos te das cuenta que están desbordados los hospitales, colapsados los turnos, entonces es una materia pendiente la salud mental. Como acción pública, como política de Estado. 
Hoy están habiendo muchos casos y no hace falta trabajar en el poder judicial, simplemente salir a la calle. En estas situaciones nosotros trabajamos con el hospital Juan Pablo II y también con el hospital San Francisco de Asís, pero ahí es donde está todo colapsado. Yo creo que nos debemos un instituto para niñez y adolescencia específico en salud mental. Para ellos, más que nada para ellos. 
 

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